Manifestantes en Hong Kong piden apoyo sus demandas a los líderes del G20. THOMAS PETER REUTERS

Miles de personas se manifestaron este miércoles por la noche en Hong Kong, en el área en torno al legislativo autónomo, bajo el lema “Libertad para Hong Kong. Democracia ya” en vísperas de la cumbre del G20 que a partir del viernes reunirá en Osaka (Japón) a las principales economías del mundo.

Los manifestantes, que planean celebrar otra manifestación masiva el lunes, cuando se cumplirá el aniversario del regreso de la excolonia británica a la soberanía china, reclaman la retirada completa del proyecto de ley de extradición, suspendido hace dos semanas. También quieren la dimisión de la jefa del gobierno autónomo, Carrie Lam, y la retirada de cargos contra los participantes en las protestas del día 12, que acabaron disueltas por la fuerza por la policía. Los convocados demandan también una investigación independiente sobre el comportamiento de los agentes aquel día.

Para lograr estas exigencias, los manifestantes piden el apoyo internacional, al considerar que Lam es demasiado dependiente del gobierno de Pekín para tomar decisiones por sí misma. Por ello, consideran, es necesario ejercer presiones desde el extranjero.

“Cuando los líderes mundiales están a punto de reunirse en la cumbre del G20, los ciudadanos de Hong Kong les instamos sinceramente a todos ellos, incluido Xi Jinping, a responder nuestras humildes preguntas: ¿Merece Hong Kong una democracia? ¿Debería la gente de Hong Kong disfrutar una democracia? ¿Puede ponerse en marcha un sistema democrático en Hong Kong ahora mismo?”, explica el manifiesto que en varias lenguas, incluido el castellano, se leyó durante la marcha de esta noche.

A lo largo del miércoles, centenares de jóvenes manifestantes vestidos con camisetas negras -el color de estas protestas- recorrieron 19 consulados -los países integrantes del G20, con la excepción de China- para pedir apoyo y explicar sus demandas. Según los organizadores, hasta 1.500 personas llegaron a participar en estas marchas.

Además, los jóvenes han lanzado una campaña de recaudación de fondos para comprar publicidad durante los días de la cumbre del G20, el viernes y el sábado, en los principales periódicos del mundo y difundir así su campaña. Según aseguran, 22.000 personas contribuyeron en un tiempo récord, once horas el martes, para completar 6,7 millones de dólares hongkoneses (unos 8 millones de euros) con los que pagar los anuncios. Si hay un excedente, aseguran, se destinará a ayudar a los hospitalizados en la disolución violenta de la concentración del día 12.

China ha declarado, por boca de su viceministro de Exteriores Zhang Jun, que “no tolerará” que la cuestión de Hong Kong, “un asunto interno chino”, se aborde en las reuniones del G20. Estados Unidos había apuntado la posibilidad de que su presidente, Donald Trump, la sacara a relucir en la reunión que tendrá con el presidente chino, Xi Jinping, sobre las disputas comerciales de ambos países.

El Reino Unido, consignatario del tratado para la devolución de Hong Kong en 1997 a la soberanía china, ha indicado que seguirá defendiendo su posición sobre su antigua colonia pese a las protestas de China de injerencia en sus asuntos internos. A comienzos de este mes, Londres había instado al gobierno autónomo hongkonés a parar el proyecto de ley de extradición que se encuentra en el origen de las protestas actuales, y que hubiera autorizado por primera vez la entrega de sospechosos de cualquier nacionalidad a China. Esta semana anunció que había prohibido la venta de gases lacrimógenos a la policía autónoma ante las denuncias de uso excesivo de la fuerza en la disolución de las manifestaciones del día 12.

“La declaración conjunta es un tratado legalmente vinculante entre el Reino Unido y China que mantiene la misma validez ahora que cuando se firmó y ratificó hace más de treinta años”, ha afirmado una portavoz del Foreign Office a Reuters. “Como consignatario, el gobierno británico seguirá defendiendo nuestra posición”.