El diputado opositor Julio Borges, el año pasado en una entrevista con EL PAÍS. INMA FLORES

Julio Borges, coordinador general de Primero Justicia y uno de los políticos emblemáticos de la oposición venezolana, ha emitido este lunes un comunicado público en el cual hace un llamamiento muy específico al presidente de Gobierno español, Pedro Sánchez, y al recién electo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Borges les invita a interpretar las causas de la grave crisis venezolana y les pide que no acompañen o legitimen el proceder de Nicolás Maduro, sino que se concentren en alentar la transición a la democracia en el país sudamericano. En definitiva, que no sean “indiferentes e ingenuos” con el Gobierno chavista.

El dirigente opositor se pronuncia en estos términos a muy pocos días de la nueva toma de posesión de Maduro, que tendrá lugar en Caracas este 10 de enero en la sede del Tribunal Supremo de Justicia. Casi todos Gobiernos de la región han censurado la deriva del chavismo. El Ejecutivo de López Obrador, en particular, ha optado por la neutralidad.

Borges, expresidente de la Asamblea Nacional, que reside en Bogotá, en calidad de exiliado analiza en el texto las condiciones actuales del Gobierno de Maduro y la dimensión fallida del Estado venezolano, que a su juicio representan un grave riesgo para el sistema interamericano y la estabilidad regional. “Un país que fue un ejemplo de democracia y desarrollo hoy es un Estado fallido y, por lo tanto, el mayor peligro para toda la región”.

Aunque considera “comprensible” que algunos piensen que Maduro va camino a la estabilización de su dictadura, Borges agrega que, por el contrario, al negarles las salidas a la participación política, ha liberado fuerzas que terminarán acorralándolo. “Maduro ha cerrado el camino a todas las salidas democráticas existentes, lo que lo convierte en un dictador en cuenta regresiva” y que es un presidente “irremisiblemente perdido”.

El dirigente opositor analiza en el texto la sangría masiva de divisas, la corrupción desbordada, la crisis de PDVSA y los enormes riesgos en seguridad y protección del ambiente que comporta el proyecto explotador del oro, denominado el Arco Minero, en zonas selváticas y semiselváticas del país. Habla también de la grave crisis humanitaria y el éxodo terrestre que han tenido que emprender muchos venezolanos.

Borges considera que América Latina debe liderar el regreso a la democracia en Venezuela, criticó “la inhumana arrogancia” de Maduro, que “desafía personalmente a los jefes de Estado”. “Como ha dicho Ricardo Lagos, expresidente de Chile”, recuerda, “la muerte de la democracia en Venezuela significaría la fracaso de todo sistema interamericano”