Paulo Dybala celebra el segundo gol de Argentina ante el seleccionado mexicano de fútbol. AFP

Si el fútbol argentino puede jactarse de haber producido a varios de los jugadores más impredecibles de la historia, su próxima invención no es menos sorprendente: según dejaron trascender los dirigentes de la AFA, Lionel Scaloni –sin haber dirigido ningún partido oficial- se convertirá en los próximos días en el sucesor de César Luis Menotti, Carlos Bilardo, Marcelo Bielsa y Alejandro Sabella como entrenador oficial de la albiceleste. Y además lo hará en ganador: el ex defensor de Deportivo La Coruña, que había asumido interinamente en lugar de Jorge Sampaoli, sería oficializado después del nuevo triunfo que Argentina consiguió este martes ante México, un 2-0 que se le suma al 2-0 del viernes pasado, contra un rival que sigue de resaca después del Mundial de Rusia: el Tri acumula cinco derrotas y un único triunfo después de su paso por Rusia 2018 y espera que se oficialice su nuevo técnico, el experimentado Gerardo Martino. Si cada derrota también esconde una buena noticia, México debería celebrar que ya terminó su 2018.

Mauro Icardi al minuto de juego y Paulo Dybala a los 41 del segundo tiempo anotaron los goles de un partido que despertó menos interés para el público que para los sponsors de cada federación, las cadenas televisivas que pagaron los derechos de transmisión y los futbolistas, habitualmente suplentes, que tuvieron la oportunidad siempre honorable de jugar para sus respectivos países. Aunque Argentina y México están en plena reconstrucción, y justamente las federaciones apuntan a encontrar nuevos valores, nadie debería enojarse si alguna web hubiese titulado que fue un partido entre Argentina B y México B.

Si el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza, 1.000 kilómetros al oeste de Buenos Aires, lució al 90% de su capacidad, con 35.000 personas, fue porque los organizadores rebajaron el precio de las entradas a la mitad tras haber percibido que la demanda, hasta hace pocos días, era bajísima. Los sponsors también regalaron cientos de entradas y los menores de 12 años entraron gratis. En el fútbol moderno las recaudaciones no hacen al negocio grande y un estadio casi lleno fue un magnífico decorado para un partido con poco peso específico.

Hubo poca tensión entre dos selecciones que apenas contaron con un par de habituales titulares: Gabriel Mercado y Marcos Acuña, del lado argentino, y Edson Álvarez y Erick Gutiérrez por parte de México, que durante el fin de semana había licenciado a Guillermo Ochoa, Raúl Jiménez y Marco Fabián. Icardi y Dybala, quien ingresó en los últimos 15 minutos, fueron quienes más aprovecharon el amistoso y convirtieron su primer gol con la albiceleste. El delantero del Inter lo consiguió en su octavo partido y el de la Juventus, en su 18º.

Aunque Isaac Brizuela y Javier Aquino insinuaron algún peligro por las bandas, a México siempre le quedó lejos el arco de Gerónimo Rulli primero y de Paulo Gazzaniga, debutante en Argentina, ya en el segundo tiempo. No hay mayor demostración de banco de pruebas que un cambio de arquero en pleno partido. Aunque no llegó a ese extremo, también el técnico interino mexicano, Ricardo Ferretti, agotó los seis cambios reglamentarios.

Para México, que tuvo una única situación en un cabezazo de Jesús Gallardo que tapó el arquero del Tottenham Hotspurs cuando el partido estaba 1-0, volvió a ser una demostración que visitar a Argentina es una misión prohibida: jugó cinco partidos y no ganó ninguno (0-1 en 1962, 1-1 en 1984 y 0-0 en 1991 habían sido los anteriores). Para el Tri también fue una ratificación que después del Mundial de Rusia a una derrota le siguió otra: suma cinco, ante Argentina (2), Uruguay, Chile y Estados Unidos, y una única victoria (Costa Rica).

La opción Scaloni
Ambas selecciones se despidieron hasta 2019. Mientras México espera que finalice la temporada de la MLS para que termine de arreglar con Martino, Argentina está a punto de contratar a un entrenador sin ninguna experiencia profesional. Aunque la AFA primero intentó a técnicos de renombre, como Diego Simeone, Mauricio Pochettino y Marcelo Gallardo, el presidente Claudio Tapia dio a entender que la próxima semana firmará contrato con Scaloni. El vínculo incluirá como mínimo el paso por la Copa América 2019 pero podría extenderse durante cuatro años.

Scaloni, de 40 años, se sumó por primera vez a un cuerpo técnico profesional en 2016, cuando Jorge Sampaoli firmó para el Sevilla. Su trabajo consistió en ser un nexo entre los integrantes del cuerpo técnico y los jugadores. El contacto entre ambos había nacido en la cercanía entre sus pueblos de nacimiento: Casilda y Pujato, en el interior de Santa Fe, están separados por 15 kilómetros.

Cuando Sampoli fue contratado para dirigir la selección, llevó a Scaloni. Mientras otros integrantes del cuerpo técnico dejaron la AFA después de que Sampaoli fuera despedido tras el fracaso en el Mundial, el ex defensor de La Coruña acentuó su relación con Tapia y aceptó ser el entrenador interino. Dirigió seis partidos en el segundo semestre del año y les facilitó la tarea a los dirigentes de comenzar el recambio de la vieja generación. Sergio Romero, con más de 100 partidos en el arco de Argentina, vio desde el banco de suplentes cómo en esta doble fecha FIFA atajaron Rulli, Gazzaniga y Agustín Marchesín.

A la espera de la confirmación oficial para que continúe en el cargo, ya de manera oficial, Scaloni lloró ante las cámaras de televisión cuando le preguntaron por su interinato de seis partidos. Hay pocos casos de entrenadores que debutaron en su cargo en una selección, pero eran pesos pesados, como Franz Beckenbauer en Alemania y Marco Van Basten en Holanda. El fútbol argentino siempre aporta una sorpresa, mientras México sigue en el tobogán.