Ante agresiones y Estado pasivo prensa debe crear autodefensas

Carlos Ramírez | INDICADOR POLITICO

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La prensa impide la arbitrariedad en el ejercicio del

poder; obliga a gobernar en forma constitucional.

Montesquieu en Diálogo en el infierno

entre Maquiavelo y Montesquieu

(Agradezco al Consejo Cívico Ciudadano Por Cuernavaca, Por Morelos, Por México y a la Asociación de Periodistas Comunicadores de Morelos la decisión de haberme distinguido con la presea Defensores de la Libertad de Expresión, en momentos tan delicados en los que se encuentra el oficio periodístico en el país.)

Los premios deben ser extendidos a los trabajadores de la información que dedican su vida y a veces la pierden en el compromiso de informar a la sociedad de la realidad que muchas veces se quiere ocultar. A ellos nos debemos.

La larga lista de profesionales de la información agredidos por los poderes reales y los que han caído en cumplimiento de su deber debe fortalecer el contexto de los reconocimientos que se otorgan a periodistas por su labor en la comunicación. El recordatorio no está de más: en junio 2017 la revista La Crisis recogió el recuento de Teodoro Rentería sobre profesionales agredidos de 1984 a ese año y en mayo pasado el periódico El Independiente completó las cifras hasta el primer trimestre de 2025: 269 en el primer periodo y 400 en el segundo.

Y la cifra no solo debe causar horror, sino que debe llamar la atención de lo que está ocurriendo en el ámbito de la información por el cumplimiento de las funciones periodísticas al servicio de los lectores.

A partir de esos datos, quiero aprovechar la oportunidad para lanzar una botella al mar: la creación de una Organización No Gubernamental que tome toda la experiencia de Teodoro Rentería en la contabilidad macabra de periodistas agredidos y genere mecanismos para la protección del trabajo que solo se justifica si sirve a los intereses de la sociedad.

Esta ONG deberías tener cuatro funciones fundamentales:

1.- Convertir la numeralia o listado de periodistas asesinados y sumarle la de los agredidos en algo más que un registro de la coyuntura. Es decir, que al lado de cada nombre de periodista agredido o asesinado se incorporen para la memoria social de México las tareas que desarrollan los profesionales y por las cuales cayeron víctimas de los poderes fácticos. Así le daremos rostro profesional a lo que hoy es simplemente un número simple. Detrás de cada periodista asesinado, agredido o demandado hay una historia humana del periodismo mexicano.

2.- Congregar a especialistas del derecho y aprovechar que muchos periodistas profesionales ejercen la abogacía para definir un cuerpo de asesoría jurídica que tenga tres objetivos concretos: mantener un seguimiento de los procesos judiciales que han abierto periodistas asesinados o agredidos y que duermen el sueño de los injustos en la burocracia judicial del país; acompañar a los periodistas profesionales que han sido demandados por difundir hechos reales que desnudan las prácticas delictivas del poder, porque hasta la fecha cada profesional demandado tiene que pagar –y casi nunca le alcanza– asesoría legal por un trabajo social; y convertir a esta organización en un organismo de rendición de cuentas judiciales sobre las investigaciones contra las agresiones a profesionales de la información, porque vemos muchos expedientes abiertos que están perdidos en los archivos de la impunidad gubernamental y porque no hay una agrupación profesional que exija de cuentas de los procesos judiciales. De esta manera, los profesionales de la información podrían contar con una cobertura jurídica para las diferentes agresiones criminales o legales que pretenden acallar la función del periodismo como denuncia de irregularidades del poder.

3.- Convertir a la ONG el periodismo en un espacio vinculatorio de los dos niveles que involucran la profesión de la información: las escuelas de periodismo hoy en declinación y aislamiento para modernizar sus programas de estudio en función de una vinculación con la realidad; y articular un espacio que interrelacione también a todas las organizaciones de periodistas que existen de manera aislada desde niveles municipales, estatales y federales y con ello fortalecer la unidad del gremio que ha sido uno de los pasivos más graves que hemos permitido que exista y que se ahonde. La experiencia de Teodoro Rentería en el Colegio de Periodistas estaría dando las bases.

4.- Y como un esfuerzo de intercomunicar a los comunicadores, ya va siendo hora de que organizaciones de periodistas prácticos o colegiados creen una Gaceta del Periodista que opere como mecanismo de interrelación entre todos los profesionales de la información y que recoja los datos más importantes de las prácticas periodísticas en todo el país. Esta Gaceta sería digital y pudiera ser una especie de periódico para periodistas, y en ella se incluyan los datos de agresiones, los perfiles biográficos recordatorios de los caídos y toda la información acerca de la situación nacional del periodismo en México.

No puede haber mejor espacio para avanzar en mecanismos de defensa del trabajo periodístico que eventos como el que hoy nos reúne y con mayor razón cuando contamos con todas las evidencias de que los mecanismos de protección de periodistas gubernamentales y legislativos carecen de funcionalidad, se han burocratizado y en términos reales no han cumplido con sus objetivos originales. La idea es crear estructuras de solidaridad gremial y regional en momentos en que el periodismo y la información en general es una de las funciones vitales de la democracia.

De nueva cuenta agradezco el reconocimiento y desde luego renuevo mi compromiso de mantener y profundizar las áreas de defensa de la libertad de expresión.

Política para dummies: La política es el reino de la palabra.
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