Moscú. Quedó claro este domingo que Rusia y Ucrania no pueden ponerse de acuerdo en qué debe ser primero: ¿tregua o negociaciones? El presidente ucranio, Volodymir Zelensky, respondió a su colega ruso, Vladimir Putin, que “esperamos que Rusia confirme el alto al fuego, y Ucrania estará lista para negociar”, mientras el titular del Kremlin propuso “iniciar el jueves 15 de mayo, en Estambul, negociaciones directas con Ucrania, sin condiciones previas”, pero sin cesar hostilidades.

El sábado se adelantó Zelensky, arropado en Kiev por los líderes de Alemania, Francia, Emmanuel Macron, Gran Bretaña, Keir Starmer, Alemania, Friedrich Merz y Polonia, Donald Tusk al ofrecer un alto el fuego general durante 30 días a partir del siguiente lunes, iniciativa que contó con el respaldo de Trump, y se acompañó de la amenaza de aplicar severas sanciones contra Rusia en caso de no aceptar.

La propuesta/amenaza, formulada un día después de los festejos para conmemorar el Día de la Victoria, tomó por sorpresa al Kremlin, cuyo vocero, Dimitri Peskov, minimizó el ultimato.

Y cuando nadie lo esperaba, a las dos de la mañana (hora de Moscú) de este domingo, Putin puso –según su propia expresión– la pelota en el tejado ucranio al formular la contraoferta de comenzar negociaciones directas con Ucrania en Estambul para eliminar “las causas originarias del conflicto”, retomando las conversaciones en el punto en que se suspendieron en marzo de 2022 “por culpa” del “régimen de Kiev”.

Ante la sorpresa de los reporteros del pool presidencial, convocados a la medianoche y que tuvieron que esperar la aparición de Putin casi una hora y media, el asesor del mandatario ruso en política exterior, Yuri Ushakov, aclaró en los pasillos del Kremlin que “las negociaciones tienen que reanudarse ahí donde se quedaron en 2022, tomando en cuenta, por supuesto, la situación real”, por ésta última Rusia entiende que se reconozca la anexión de Donietsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia aunque todavía no conquista estas regiones en su totalidad.

El líder ruso rechazó cesar hostilidades mientras se negocie, aunque mencionó que “no se excluye que durante las negociaciones (en Estambul) se pueda llegar a un entendimiento acerca de una nueva tregua”.

Putin, para justificar la negativa, recurrió al mismo argumento de ocasiones anteriores: que ello, en su opinión, sólo serviría para que Ucrania obtuviera un respiro, siguiera instruyendo militares y recibiera más armas de Occidente, razonamiento que Kiev declina invariablemente haciendo notar que Moscú se reserva el derecho de armarse y reclutar soldados.

Al reaccionar Zelensky a esta iniciativa, en sus redes sociales, no arremetió contra Putin, acaso para no aparecer a ojos de Trump como un obstáculo para la paz. No se opuso en principio, si antes se declara un alto el fuego, y dijo también: “Es una señal positiva que los rusos por fin estén pensando en poner fin a la guerra. En todo el mundo se esperaba esto desde hace mucho. Y el primer paso para realmente terminar cualquier guerra es declarar un cese de hostilidades”.

Remató: “No tiene sentido continuar matando incluso un día más. Esperamos que Rusia confirme el alto el fuego completo, sostenido y seguro a partir de mañana (lunes) 12 de mayo, y Ucrania estará lista para negociar”.

Con esto, Zelensky consiguió que hasta el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que confirmó este domingo que su país está dispuesto a ser sede de eventuales negociaciones, precisará, en su conversación telefónica con Putin, que “se abrió una ventana de oportunidades para alcanzar la paz, y el cese de hostilidades completo puede crear las condiciones necesarias para las negociaciones”, señaló el líder turco en el resumen que difundió TASS, la agencia oficial de noticias rusa.

Desde que se puso fin a las negociaciones en Estambul, la primavera de hace tres años, Putin y Zelensky han declarado tantas veces estar dispuestos a negociar, sin que sus palabras se concretaran en resultados, que ya cuesta aventurar si, por fin, delegaciones rusa y ucrania comenzarán a negociar, aun sentados en habitaciones contiguas, con la mediación de Turquía.

“Ni Moscú ni Kiev están dispuestos a comprometerse con una paz duradera, pues sus posiciones son fundamentalmente irreconciliables. Para que pueda haber un entendimiento que funcione es necesario que se produzca un cambio al interior de Rusia o de Ucrania o un avance decisivo de carácter militar”, comentó en X la politóloga Tatiana Stanovaya.

El analista Vladimir Pastujov también rebajó el optimismo al escribir en Telegram que “podría parecer a simple vista que se logró progresar, pero sobre la mesa quedan sólo dos cartas: ‘paz desde posiciones de fuerza’, cuando Putin está reconociendo abiertamente que no puede ganar esta guerra, y la “paz en formato Estambul’, cuando se permite a Putin legalizar parte de sus objetivos bélicos. Por ahora, Putin no quiere usar la primera carta, y Zelensky tampoco está listo para usar la segunda”.

Este ominoso juego de echarse la pelotita, consideran analistas, sólo pretende dejar mal al rival a ojos del inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, autoerigido en máximo árbitro de una guerra que, como ha dicho, nada tiene que ver con él.

Por eso, el experto militar Nikolai Mitrojin ironizó en la misma red social: “¿Ahora las ruedas de prensa de Putin dependen de la agenda de Trump y se convocan de acuerdo con los husos horarios de Washington? (…) Me voy a dormir, mañana ya veré”.