
China lanzó este martes 1 de abril unas nuevas maniobras militares alrededor de Taiwán como señal de “advertencia” a las “fuerzas separatistas que buscan la independencia de la isla”, una operación que se produce semanas después de que el presidente taiwanés, William Lai, pronunciara su discurso más duro contra Pekín.
Durante una comparecencia de prensa del pasado 13 de marzo, Lai describió por primera vez a Pekín como una “fuerza externa hostil” y anunció diecisiete contramedidas para contrarrestar las crecientes operaciones de “infiltración” de China en territorio taiwanés. Estas son las claves del discurso que ha provocado la ira de China.
¿Qué significa que China sea definida como ‘fuerza externa hostil’?
Una de las mayores polémicas suscitadas por el discurso fue que Lai catalogase a China como una “fuerza externa hostil”, categoría contemplada en la Ley Anti-infiltración de la isla, promulgada en 2020.
“Con sus acciones, China ya cumple con la definición de ‘fuerza externa hostil’ prevista en la Ley Anti-infiltración (…). Es hora de que adoptemos medidas preventivas adecuadas, fortalezcamos nuestra resiliencia democrática y nuestra seguridad nacional, y protejamos nuestro preciado estilo de vida libre y democrático”, proclamó.
Estas afirmaciones fueron interpretadas por muchos analistas como un cambio en las políticas defendidas por la expresidenta Tsai Ing-wen y como un intento de modificar el estatus jurídico de Taiwán, una isla que, si bien no ha declarado formalmente su independencia, se gobierna de forma autónoma desde 1949 bajo el nombre de la República de China.
Con todo, varios expertos consultados por EFE han recalcado que el término empleado por Lai debería traducirse como “fuera del territorio” y no como “extranjero”, siendo el mismo que aparece en la legislación china para referirse a asuntos relacionados con Taiwán, Hong Kong y Macao.
Restablecimiento de los tribunales militares
Dentro de las contramedidas anunciadas por Lai, la más contundente fue el restablecimiento de los tribunales militares para sancionar a aquellos soldados u oficiales en activo que colaboren con China, en medio del creciente número de casos de espionaje que han sacudido a las fuerzas armadas de la isla en los últimos años.
Entre los delitos que serían juzgados por estos tribunales se encuentran la sedición, colaboración con el enemigo, revelación de secretos, abandono de deberes e insubordinación.
Los tribunales militares fueron abolidos en Taiwán en 2013 tras la muerte de un soldado bajo custodia, y desde entonces son los fiscales y los tribunales civiles los encargados de juzgar al personal militar en activo.
Van por revisión de visitas de nacionales chinos a Taiwán
Lai también pidió endurecer el escrutinio sobre las visitas de ciudadanos chinos a Taiwán, subrayando que estas “deben limitarse a los intercambios normales entre ambos lados del Estrecho y a las interacciones oficiales bajo los principios de paridad y dignidad”.
Respecto a los intercambios religiosos, culturales, académicos y educativos entre China y Taiwán, Lai recalcó que “deben despolitizarse y minimizarse los riesgos para simplificar los intercambios interpersonales y promover intercambios sanos y ordenados”.
Advierten por revisión de documentos de identidad
Asimismo, Lai instó a las distintas agencias gubernamentales a “inspeccionar” y “gestionar” los documentos de identidad que los ciudadanos taiwaneses solicitan en China, especialmente cuando los solicitantes sean militares, funcionarios o educadores de escuelas públicas, “quienes tienen una obligación de lealtad a Taiwán”.
En cuanto a la naturalización e integración de individuos de China, Hong Kong y Macao en la sociedad taiwanesa, “se deben tener más en cuenta consideraciones de seguridad nacional a la vez que se atiende el desarrollo social y los derechos individuales de Taiwán”, agregó el mandatario.
En materia económica, el líder soberanista pidió implementar los “ajustes necesarios y ordenados en el flujo de talento, bienes, capital y habilidades involucrados en las relaciones económicas y comerciales” entre ambos lados del Estrecho, sobre la base de “priorizar” el desarrollo económico de Taiwán.
“Esto contribuirá a impulsar la seguridad económica y nos dará mayor capacidad para responder al Frente Unido económico y comercial de China y a la coerción económica contra Taiwán”, aseveró Lai.