Desde los días en que los primeros peloteros tallaban sus propios bats sin un estándar definido, hasta el impacto mediático que ha generado el torpedo bat, la evolución de la herramienta más importante en el beisbol ha sido una historia de ajustes, innovación y, sobre todo, adaptación a las necesidades del juego. Este fin de semana, con Yankees desatando una lluvia de cuadrangulares como no se veía en años, la atención de la liga se centró en un modelo de madero que, para algunos, parece una aberración y para otros, una posible revolución.
Antes de que existieran los modelos de marcas icónicas como Louisville Slugger o Marucci, los bats eran piezas artesanales, creadas con intuición más que con ciencia. En el siglo XIX, los jugadores usaban cualquier tipo de madera disponible y los diseños variaban drásticamente. Algunos bats tenían extremos planos, otros formas cónicas o curvadas. Fue hasta 1890 cuando se establecieron regulaciones, estandarizando la longitud máxima en 42 pulgadas y promoviendo la forma cilíndrica que se mantiene hasta hoy. Con el tiempo, los jugadores comenzaron a entender que la relación entre peso y velocidad de swing era crucial, lo que llevó a Babe Ruth a popularizar barriles gruesos y maderas pesadas para maximizar la potencia.
La evolución del bate siguió su curso. En la década de 1950, jugadores como Hank Aaron comenzaron a usar modelos más ligeros, optimizando la velocidad del swing sin sacrificar potencia. La diversificación de materiales trajo el arce y el abedul, sumándose al tradicional fresno. Más tarde, en los 70, las ligas colegiales y menores experimentaron con el aluminio, aunque la MLB lo prohibió para mantener la esencia del juego. En el siglo XXI, con la llegada de los escáneres 3D y el análisis avanzado, la personalización de los bats alcanzó un nivel sin precedentes. Cada jugador podía ajustar peso, balance y grosor según su estilo de bateo y cumpliendo las normas.
Con Yankees, cinco jugadores, Jazz Chisholm Jr., Anthony Volpe, Austin Wells, Cody Bellinger y Paul Goldschmidt, conectaron nueve de los 15 jonrones que pegaron en su primera serie de la temporada ante Milwaukee, todos utilizando este modelo peculiar. Su diseño se aparta del bate tradicional al desplazar el punto dulce más grueso hacia el centro, con una pendiente pronunciada en lugar de una transición uniforme desde el mango hasta el barril.
El director ejecutivo de Longball Labs, Keenan Long, explicó a The Sports Journal que cualquier diseño de bate implica concesiones. Desplazar el peso puede aumentar la velocidad del swing, pero también cambiar la dinámica del contacto.
Chuck Schupp, con más de 30 años en la industria de los bats, advierte que, sin importar la forma del barril, la clave sigue siendo la habilidad del bateador.
Pero la innovación no es exclusiva de Yankees. Aaron Leanhardt, exfísico del MIT y analista de bateo, fue señalado como uno de los principales impulsores del diseño en Nueva York, aunque jugadores de otros ocho equipos ya han sido vistos con el nuevo bate. Cody Bellinger, quien empezó a probarlo el año pasado con Cubs, reveló que varios de sus excompañeros, como Dansby Swanson y Nico Hoerner, también han adoptado el modelo.
El beisbol está en constante evolución y de nuevo los maderos han sufrido cambios.