
Si bien hay mucha incertidumbre al respecto, el Banco de México (Banxico) se ha mantenido atento a las políticas comerciales de Estados Unidos y su impacto en el país, sobre todo en la lucha para controlar la inflación, aseguró Victoria Rodríguez Ceja, gobernadora del banco central.
“Sabemos que está el anuncio de que habrá nuevas medidas el 2 de abril, que le llaman aranceles recíprocos, de los cuales tampoco hay suficiente información. Puede haber efectos en ambos lados del balance y en el Banco de México estaremos atentos conforme se vaya teniendo mayor información”, expuso en entrevista con El Financiero.
Recordó que en el comunicado que acompañó su más reciente decisión de política monetaria se expuso que los riesgos globales han continuado acentuándose y las tensiones comerciales podrían tener un impacto sobre la inflación, el debilitamiento económico y generar volatilidad en los mercados financieros. Incluso, provocaría presiones en los precios tanto a productores como a los consumidores de Estados Unidos.
Manifestó que es incierto si habrá represalias por la imposición de aranceles en otros países, pero en ese caso esas economías también podrían resentir o ser impactados por presiones sobre los precios. En general, hay muchos factores que pudieran influir en las implicaciones de las tensiones comerciales.
Sobre la resiliencia que ha mostrado el peso mexicano ante discursos de la administración estadounidense y la materialización de algunas imposiciones arancelarias, resaltó que el tipo de cambio se ha mantenido relativamente estable. “Parte de la respuesta que hemos visto se explica justamente por la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos de nuestra economía, tanto en sí mismos como en comparación a otras economías emergentes”.
“El debilitamiento observado en la economía nos llevó a revisar nuestras previsiones de crecimiento en el más reciente Informe Trimestral”, indicó la gobernadora del banco central.
“Vamos a publicar nuestro pronóstico actualizado en el siguiente informe trimestral, que será en mayo, con la información disponible que tengamos”, precisó. Cabe recordar que el Banco de México redujo a 0.6 por ciento su estimación de crecimiento para la economía mexicana este año, luego de que su proyección anterior era de 1.2 por ciento.
Lo anterior fue consecuencia, abundó, de que el debilitamiento de la economía “ha sido más marcado de lo que habíamos previsto”. Resaltó que este menor dinamismo económico es determinante para bajar la inflación y llevarla a la meta de 3.0 por ciento, pues su holgura implicaría la ausencia de presiones de demandas sobre los precios.
Episodio inflacionario resuelto
La gobernadora del Banco de México enfatizó que el episodio inflacionario que se vivió en los últimos años ya se ha resuelto, pero esto no significa que se ha concluido la tarea sino que se está en una nueva etapa en la que se busca llevar al indicador de sus promedios históricos, a la meta de 3.0 por ciento en el tercer trimestre de 2026.
Sostuvo que tanto la inflación general como la subyacente han disminuido. Por ello, han decidido ajustar la calibración monetaria a este entorno. En las reuniones de decisión de política monetaria de febrero y marzo, la Junta de Gobierno recortó 50 puntos base la tasa de referencia a 9.0 por ciento.
“Lo que también estamos contemplando es que en esta nueva etapa requerimos menores niveles de tasas de referencia, incluso tomando en cuenta el posible impacto de los cambios de las políticas comerciales que estamos viendo a nivel global”, enfatizó la gobernadora.
Su previsión es que existan las condiciones para hacer un nuevo ajuste en magnitud similar en futuras reuniones. “Estaremos tomando en cuenta los efectos de la debilidad de la actividad económica y la incidencia de nuestra postura monetaria”.
Desacople de la Fed
Ante la diferencia de posturas entre Banxico y la Fed, Victoria Rodríguez puntualizó que la política monetaria de Estados Unidos influye de forma importante en el ciclo financiero global, pero son un factor, entre muchos otros, que consideran en sus propias decisiones.
“Esto no significa que actuar en equivalencia a lo que haga la Reserva Federal proporcione o nos dé una receta, una prescripción adecuada para la política monetaria de los demás países o el nuestro en particular”, concluyó.