
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, visita este miércoles el Reino Unido para reunirse con el primer ministro, Rishi Sunak, y dirigirse al Parlamento. El avión militar en el que viajaba el dirigente ucranio ha aterrizado a las diez y media de la mañana (una hora más en la España peninsular) en el aeropuerto de Stansted, al noreste de Londres. Es la primera vez que pone pie en territorio británico desde que comenzó la invasión rusa, y el actual inquilino de Downing Street quiere demostrar que su apoyo a Kiev es tan firme como el que impulsó desde un primer momento su predecesor, Boris Johnson. “La visita del presidente Zelenski al Reino Unido es testimonio de la valentía de su país, de su determinación y de su lucha, así como de la inquebrantable amistad que une a las dos naciones”, ha dicho Sunak en las horas previas a la llegada del líder ucranio. La visita incorporará un encuentro con el rey Carlos III, según ha confirmado el palacio de Buckingham.
Los dos dirigentes, según ha adelantado Downing Street, abordarán durante su encuentro una estrategia en dos fases de la ayuda británica a Ucrania. Comenzará con un incremento inmediato del envío de material militar al país para ayudar en la respuesta a la ofensiva rusa de primavera. Este primer esfuerzo, asegura el equipo de Sunak en un comunicado, “se verá reforzado por un apoyo posterior a largo plazo”.
“Hoy me enorgullece anunciar que vamos a ampliar el entrenamiento actual a soldados [ucranios] para incluir a infantes de marina y pilotos de caza de combate, con el objetivo de asegurar que Ucrania tenga la capacidad militar necesaria para poder defender sus intereses en el futuro”, ha dicho Sunak. “Remarcamos, de este modo, no solo nuestro compromiso de proveer equipamiento militar a corto plazo, sino el compromiso a largo plazo de permanecer hombro con hombro junto a Ucrania en los años venideros”, ha prometido el primer ministro británico.
El entrenamiento de los pilotos pretende preparar al personal ucranio para el manejo futuro de los cazas utilizados por las fuerzas de la OTAN, con lo que, más allá de la eficacia inmediata de la medida, manda un desafío al Kremlin. A los 10.000 soldados que ya han recibido formación en territorio británico se sumarán otros 20.000 este mismo año. La semana pasada llegó al Reino Unido el personal militar ucranio que debe aprender a manejar los tanques Challenger 2 que Downing Street se ha comprometido a aportar para hacer frente al ejército ruso.
El Gobierno británico ha anunciado una nueva batería de sanciones económicas “que afectarán a todos aquellos que han ayudado a [Vladímir] Putin a amasar su fortuna personal, y a las empresas que se benefician de la maquinaria de guerra del Kremlin”.
Las nuevas medidas punitivas se extienden a seis entidades que se dedican a proveer material militar a Rusia para la invasión de Ucrania. Se trata de CST, fabricante de los drones utilizados para la destrucción de vehículos militares; RT-Komplekt, que proporciona componentes de helicópteros; Oboronlogistics, que transporta el material destinado a las tropas rusas; Universalmasch y Lipetsk, proveedores de piezas para la artillería antiaérea; y Topaz, una compañía de software para aviación militar.
“Las nuevas sanciones acelerarán la presión económica sobre Putin, y socavarán su maquinaria de guerra, para ayudar a que Ucrania prevalezca ante este desafío”, ha dicho James Cleverly, el ministro británico de Exteriores.
Junto a las empresas, Downing Street ha señalado a cinco individuos conectados, presuntamente, con la adquisición y gestión de parte del lujoso patrimonio inmobiliario de Putin. Son Boris Titov, Nicolai Egorov, Sergei Rudnov, Svetlana Krivonogickh y Víctor Miachin. Se añaden a la lista otras tres personalidades rusas sospechosas de haber ayudado al dirigente del Kremlin a extender sus intereses empresariales: Alexei Repik, Eugeni Shkolov y Pavel Titov.
Además, se espera que Zelenski viaje el jueves a Bruselas, según adelantó el diario italiano La Stampa, aunque su presencia en la capital comunitaria no se podrá confirmar hasta el último momento por motivos de seguridad.