CIUDAD DE MÉXICO. La artista Carmina Hernández (Ciudad de México, 1961) expone más de 50 xilografías, bordados y textos en el Museo Nacional de la Estampa (Munae) dentro de la muestra El gesto y la huella, cuyo tema principal se enfoca en la exploración del cuerpo humano.

Sin embargo, a diferencia de los grabados tradicionales que se realizan con una placa y se imprimen varias copias originales idénticas, las piezas de Hernández son únicas, ya que graba pequeñas placas de madera con las que alterna o juega al momento de la impresión y así logra distintas composiciones.

Para el escritor Alberto Ruy Sánchez, autor de uno de los textos que forman parte de esta exhibición, “cada trazo de Carmina es una especie de letra recién inventada que nos hace leer con todo el cuerpo. Nos vuelve escritura. Nos entrega a la poesía de la vida. Pero también nos vuelve, por un segundo al menos, signos en la manera que ella tiene de mirar los cuerpos. Nos vuelve espectadores participantes, parte activa de su poesía visual”.

Mientras que el director del Museo Nacional de la Estampa, Emilio Payán, aseguró que estas xilografías son frutos que tardan en madurar, son poesía porque es poeta, utiliza elementos comunes para hacerlos únicos. “Ver sus placas y sus impresiones es verla a ella: bailarines, clavadistas, corazones ahuecados, aves en el cielo, troncos y paisajes. Ella dibuja el viento con la mancha y el accidente, ama lo que hace, narra con versos lo que percibe”.

REÚNEN CIENCIA, LUZ Y RELIGIÓN
El interior de la Catedral de Lichfield, con 900 años de antigüedad, aparece bañada en luz, durante la inauguración de la muestra The great exhibition: science, light and sound projection (La gran exhibición: proyección de ciencia, luz y sonido), que explora el mundo científico, su influencia en el pasado y la manera en que puede contribuir en el futuro.

-De la Redacción