Algunas competencias lo han mandado al hospital, pero Johny vive para contarlo

CIUDAD DE MÉXICO.- En las montañas, Juan Diego Salido encuentra su desahogo. La peligrosidad de la naturaleza se adhiere a él, y es consciente de los riesgos que corre al enfrentarse a las pendientes más retadoras del mundo, que han llegado a colocarlo al filo de la espada, pero también en el máximo éxtasis.

Johny, el mejor freerider mexicano, acostumbrado a tocar los límites de la mano de su mejor acompañante, la bicicleta, explica su obsesión por montarse en ella y recorrer a toda velocidad el terreno obstaculizado de las rampas que regala la Tierra.

Soy amante de la adrenalina, definitivamente me encanta esa sensación de llevar las cosas al límite. También soy una persona hiperactiva, que necesita estar afuera haciendo actividades y ejercicio, entonces la bici es esa combinación perfecta que me permite estar en la naturaleza, en las montañas, y al mismo tiempo estar en ese límite que me dice que es el deporte perfecto para mí”, explica.

Su convicción lo ha llevado a ser el primer mexicano en la historia en participar en la prueba más exigente del ciclismo de montaña, el Red Bull Rampage. Sin embargo, esa experiencia, una de las más valiosas de su vida, lo ha ubicado en la frontera que divide la vida y la muerte.

Tuve una caída y terminé en el hospital. Me estaba desangrando por dentro, apenas pude evitar la operación. Me hizo repensar algunas cosas, estuve cerca de algo muy grave y a pesar de que no me hizo replantearme si quería seguir en la bicicleta, sí me hizo apreciar más lo que hago y darme cuenta que en cualquier momento se puede acabar”, detalla con convicción.

Desde muy temprana edad, el originario de Guadalajara, Jalisco, ha hecho suyas las actividades extremas. Hoy su vida es inimaginable sin ellas. “Estaba muy chico, tres o cuatro años, cuando mi papá me metió a diferentes deportes como motocross, waveboard, patinetas, bici, y los hice todos durante muchos años, de hecho los sigo practicando todos en mi tiempo libre. La bici fue lo que más me llamó la atención y se convirtió en mi pasión, al grado de dedicarme a esto. Es lo que más me gusta hacer”.

Para Johny, dos veces campeón nacional en la modalidad Downhill, la clave del éxito está en amar lo que cada uno hace, lo que él refleja al desmenuzar las sensaciones que llegan a su cuerpo al momento de recorrer las pistas al aire libre.

Es un sentimiento de libertad, de que puedes hacer lo que quieras, y también de que estás cien por ciento enfocado en eso porque si no, te puedes matar. Te despejas de todo, porque sólo estás pensando en ese momento, en el brinco, en la piedra, en la bici. Sientes cómo el aire pasa tan rápido, cómo pasan los árboles, y estás muy presente, sin pensar en preocupaciones externas, en la vida diaria”, menciona.

Yo siempre he dicho que si no te estás divirtiendo, estás en el lugar equivocado. Este deporte no es como el futbol, no me va a hacer millonario, pero es algo muy divertido y es algo que me llena”.

Sin embargo, hay otro tipo de preocupaciones que en todo momento deben estar presentes, sobre todo para profesionistas que arriesgan su vida en el día a día.

Estoy cien por ciento consciente, y el que no lo esté no debería practicar este deporte. Cada que nos subimos a la bici corremos un riesgo muy grande, pero al mismo tiempo con práctica, haciendo las cosas como se deben hacer, calentando, conociendo tus límites y utilizando el miedo a tu favor puedes bajar ese riesgo a lo mínimo. Nunca lo vas a poder eliminar, el riesgo ahí está, pero conociendo tus habilidades, tus límites, tomando en cuenta las circunstancias, el clima, el terreno, y yendo paso a paso, el peligro lo puedes minimizar”, asegura, y añade que para lograr este nivel de consciencia, el apoyo de su familia y su pareja ha sido incondicional.

Johny voltea a ver de reojo su participación en el Red Bull Rampage, aquella que lo llevó al hospital en estado crítico. Pero voltea únicamente para recopilar sus experiencias y volver a intentarlo en la siguiente edición. No es fácil, pues únicamente clasifican 21 ciclistas del mundo elegidos por el staff, pero tiene la certeza de poder exhibir su talento y estar de nuevo en el Grand Slam de esta especialidad. “Es lo más glorioso que me ha tocado vivir. Quiero hacerme notar, probar que puedo estar ahí, y que merezco estar ahí”, cuenta con evidente emoción en su voz.

El recorrido rumbo al éxito deportivo ha sido tan rocoso como las pendientes que transita a bordo de su bicicleta, pero el freerider tapatío desea que lo que él ha logrado construir no se destruya al final de su carrera, y pide apoyo para una materia en la cual él ha sido testigo de su crecimiento en México y el mundo.

En 11 años que llevo en este deporte he visto una evolución impactante, cada vez hay más gente interesada”, asevera. “Sí hay talento, pero no el apoyo. Es muy difícil conseguir apoyo, yo moviéndome mucho y agarrando oportunidades que se van presentando, afortunadamente lo he logrado, pero no es fácil y definitivamente falta. Me gustaría más apoyo del gobierno, porque a final de cuentas cuando voy a las competencias soy el único mexicano y estoy representando a un país”.

Sin embargo, fiel a su personalidad, para Johny Salido no hay barrera suficientemente grande para evitar lograr los objetivos. Su experiencia le ha tatuado un carácter de persistencia que seguramente lo seguirá llevando a esa cima de la cual bajará en su bicicleta y la volverá a subir para hacer lo mismo una y otra vez. “El mayor logro y la peor caída son porque tú los provocaste”.