En California, manifestantes utilizan sus autos para solicitar que los migrantes que permanecen en centros de detención sean liberados por preocupaciones en torno a la pandemia de Covid-19. La imagen, en Los Ángeles.Foto Ap

AMLO: bajarle una rayita
FCH: desmarcarse de García Luna
¿Salarios mínimos o completos?

En su conferencia matutina de prensa, el presidente Andrés Manuel López Obrador llamó a sus opositores a una tregua cuando menos durante el mes que durará el plan de emergencia sanitaria. No lo hizo a partir de un planteamiento discursivo neutro, pacificador, propicio para su realización: Llamo a la unidad, incluso a los adversarios, a los conservadores, dijo, como si un modelo de unidad pudiera excluir a los contrarios (sólo la participación de éstos daría un auténtico sentido unitario), e insistiendo en la descalificación mediante la muy jabonosa etiqueta de conservadores.

A la hora de cerrar esta columna sólo se había producido una respuesta de corte menor al llamado andresino a la unidad nacional: Felipe Calderón Hinojosa creyó encontrar una vía fácil de oportunismo para tratar de adjudicarse galones de milicia opositora y respondió positivamente a las palabras del tabasqueño. Precisó la necesidad de que no se polarice ni desde la Presidencia (conservadores, etcétera) ni desde la oposición, y puso su experiencia adquirida con H1N1 a disposición de Palacio Nacional.

Aun cuando ha invertido tiempo y recursos en la construcción de un partido familiar a su servicio y que mantiene una amplia red de agresores en Internet para envenenar el debate público, Calderón Hinojosa no es ni el único ni el principal de los opositores al obradorismo, a pesar de que es de por sí bastante reducida la talla política de los otros adversarios con mayor relevancia, como los panistas y la élite empresarial.

En realidad, Calderón Hinojosa es un personaje sombrío que pretende diluir entre politiquería una realidad aplastante en su contra: que el sexenio de funeral que encabezó de 2006 a 2012, llegado a Los Pinos mediante un fraude electoral histórico, tuvo como motivación de guerra un pacto mafioso con un cártel del narcotráfico. México fue hundido en sangre en ese periodo calderonista en razón de los acuerdos de narcopolítica que realizó el entonces virtual vicepresidente policiaco del país, Genaro García Luna, actualmente preso en Estados Unidos bajo acusaciones de haber servido desde un encargo público a otros criminales.

López Obrador habló también de la necesidad de que sus opositores le bajen una rayita a una campaña en medios, en redes, que es desbordada, abruma, fastidia. Una muestra, mencionada en esa misma reunión con reporteros, la dio el propio Calderón al haber sugerido insidiosamente, lo cual fue retomado de inmediato por algunos de sus seguidores como si fuera verdad, que durante su visita a Badiraguato, Sinaloa, AMLO habría comido con un grupo de personas entre las que estaría un hermano de El Chapo Guzmán. El funerario Felipe ofreció una disculpa hipócrita cuando se comprobó que su insinuación era probadamente falsa. Él solo había hecho una pregunta en Twitter, dijo con aparente candidez.

En otra parte de su alocución tempranera, el político nacido en Macuspana dio cuenta del estado selvático en que ha entrado un espacio cibernético que durante años fue arena de debate y comunicación política respetables. Dijo López Obrador que en las redes sociales y particularmente en Twitter hay “una epidemia anclada de noticias falsas. Ojalá y se aplique Twitter, y esto no es censura, porque están actuando como operativos y robots. Ahora sí, como decía mi paisano Chico Che, ‘quién pompó (…) Hay mucha diferencia entre el Face y el Twitter. No sé si tiene el Face más control, pero Twitter está desatado, de modo que a la unidad”.

Por otra parte, pidió a los empresarios que acepten el plan de emergencia sanitaria y no litiguen en contra del pago de salarios completos a trabajadores durante un mes. Sin embargo, algunas cámaras y organizaciones patronales consideran la posibilidad de asumir la parte de la Ley Federal del Trabajo que habla solamente de pagos de salarios mínimos.

Y, mientras crece la exigencia de investigación a fondo y justicia en el caso de otra periodista veracruzana asesinada, María Elena Ferral, ¡hasta mañana!

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