En México, 8 de cada 100 directores generales de empresas son mujeres, y esta escasa representación femenina en los niveles sénior es una condición generalizada a través de todos los sectores productivos y se profundiza aún más entre compañías nacionales, señala un estudio de McKinsey & Company.

“Las oportunidades de avanzar en la jerarquía corporativa para las mujeres son limitadas ya que son promovidas en una medida mucho menor que los hombres. Mientras que hombres y mujeres albergan la misma ambición por progresar dentro de sus empresas hasta alcanzar niveles de alta dirección, la realidad es que un hombre tiene 88 veces mayor probabilidad de lograrlo”, señala el primer reporte Women Matter sobre México, titulado Una Ambición, dos realidades.

Además, el salario promedio de una mujer en un nivel sénior es 22 por ciento inferior al de los hombres, y tienen menos probabilidades de ser promovidas que los hombres.

Por otra parte, cerrar estas diferencias elevaría la productividad y traería un 70 por ciento de incremento del Producto Interno Bruto (PIB) de México y un repunte de 55 por ciento en la rentabilidad de las empresas.

Para terminar con esta brecha, según la firma, es necesario también aumentar el número de horas de trabajo de las mujeres en todos los sectores.