¿CERRANDO FILAS?. El presidente Andrés Manuel López Obrador y la dirigente de Morena, Yeidckol Polevnsky, en la plenaria de diputados realizada ayer en un hotel capitalino.Foto Marco Peláez

Batres: triunfo moral
Monreal se sostiene
Encuestas manejables

Apocos días de rendir su primer informe protocolario como presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador mostró que el control de grupos y actividades de Morena está en sus manos, aunque sus labios y discursos digan lo contrario.

Recibió a diputados y senadores en un salón de un hotel capitalino, con los coordinadores de las bancadas legislativas a un lado: Mario Delgado, de los diputados (y presunto aspirante a presidir Morena, aunque no sabe todavía si le tocará el papel de convalidar o de ganar), y el muy sonriente Ricardo Monreal, de los senadores (y presunto aspirante a la candidatura presidencial de 2024, aunque no sabe todavía si lo sería por Morena).

Los senadores del partido hegemónico sabrían, en otra de las pistas del gran espectáculo partidista, que la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia (CNHJ) había declarado inválida la designación, mediante votos personales en urna, que semanas atrás habían hecho de Mónica Fernández Balboa para que presida la mesa directiva del Senado en relevo de Martí Batres, quien se inconformó ante la citada CNHJ y obtuvo una resolución (con tufo grupal: Yeidckol Polevnsky como operadora) que ordena reponer el proceso de votación, aunque no establece castigos a presuntos responsables de las irregularidades que habrían fundado el dictamen ni la obligación de que el futuro resultado sea distinto al original.

Es decir, la tabasqueña Fernández Balboa podría volver a ser electa, como sugería la gráfica de ayer en que junto a Ricardo Monreal y la presidenta en entredicho se mostraron varios de los senadores morenistas, asegurando que votarían en sentido similar. Batres se dijo conforme con el triunfo político y moral que le significa el dictamen de la CNHJ y mencionó que no volvería a contender por este cargo si las condiciones políticas se mantienen iguales.

Monreal no se abstuvo de criticar la decisión de la CNHJ, la que consideró desmedida; señaló que no le dieron derecho de audiencia, que los plazos procesales fueron recortados sin causa ni explicación y que recurrirá al tribunal electoral federal. Pero, en el fondo, el seco pleito entre los dos grupos senatoriales de Morena quedan en una especie de empate (Batres con el triunfo moral y Monreal con la probable repetición del resultado que él promovió), que sigue teniendo a Palacio Nacional como el histórico fiel de la balanza. Batres seguirá tratando de contener y desinflar a Monreal, quien seguirá apostando a entregar resultados pragmáticos a gusto del Presidente de la República. Ya será más adelante, conforme el calendario del futurismo electoral avance, cuando se salden estas batallas actuales.

La siguiente pelea entre corrientes morenistas también comenzó ayer a ser colocada en la misma mano presidencial. El propio López Obrador propuso, con todo el peso resolutivo que tiene una recomendación de él, la fórmula para la selección de la próxima dirigencia de Morena: encuestas. Esa opción estatutaria implica que no se realice mediante asambleas y procedimientos masivos y de participación democrática abierta, sino con mediciones de opinión, método este que justamente ha sido causa de choques y divisiones en el joven partido. Baste recordar que una encuesta apenas dada a oler a los competidores motivó la grieta que hoy se ahonda: Monreal se inconformó abiertamente con la encuesta que dio como ganadora a Claudia Sheinbaum para ser candidata a gobernar la Ciudad de México.

En otros procesos internos, ha provocado similar desunión el uso de tal mecanismo virtualmente discrecional, que deja en la alta burocracia partidista la definición de resultados que, planteados así, generan descontento y fisuras. Pero los estatutos de Morena validan los métodos de participación abierta o las famosas encuestas. A fin de cuentas, todos los caminos de Morena conducen a Palacio Nacional.

Y, mientras la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda ha ordenado bloquear las cuentas bancarias de Ramón Sosamontes, operador clave de Rosario Robles en Sedesol y Sedatu, ¡hasta el próximo lunes!

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