Región de la Amazonia brasileña tras los incendios. BRUNO KELLY REUTERS

Las llamas que devoran estos días la Amazonia brasileña son las mismas que alimentan en las redes sociales la indignación contra el presidente brasileño, Jair Bolsonaro. Mientras la etiqueta #PrayforAmazon (Reza por la Amazonia) se convertía el miércoles en tendencia global y los habitantes de las regiones afectadas publicaban imágenes de los daños causados por el fuego, el presidente decía, sin aportar pruebas, que eran miembros de organizaciones de defensa del medioambiente quienes estaban causando las llamas deliberadamente, en venganza por el recorte de fondos decretado por el Gobierno. La crisis también trascendió a la esfera internacional: el presidente francés catalogó los fuegos en la Amazonia de “crisis internacional” y optó por incluir el tema en la agenda del G7 de este fin de semana. Y el secretario general de la ONU, António Guterres, ha mostrado su “profunda preocupación” por la situación. “En medio de la crisis climática mundial, no podemos permitirnos más daño a una gran fuente de oxígeno y biodiversidad. La Amazonia debe ser protegida”, ha tuitado el máximo responsable de Naciones Unidas.

Pero Bolsonaro, lejos de recular, este jueves ha vuelto a la carga. “¿Quieren que culpe a los indígenas? ¿Quieren que culpe a los marcianos? Todo el mundo es sospechoso, pero los principales sospechosos son las ONG. Es una indicación muy fuerte de que esas organizaciones han perdido sus beneficios. Es simple”, ha respondido al ser preguntado sobre la responsabilidad de los incendios. El presidente brasileño ha sugerido, además, que faltan recursos, incluso para enviar “cuarenta hombres a combatir el fuego”.

Más de medio centenar de organizaciones no gubernamentales cerraron filas este jueves y respondieron al ataque dialéctico lanzado por Bolsonaro. “Es una declaración absolutamente frívola e irresponsable que tiene un objetivo muy claro: desviar la atención de lo que realmente importa” a la hora de tomar medidas que reduzcan la deforestación, ha dicho Raúl do Valle, director de Justicia Socio-ambiental de WWF Brasil, citado por Efe. Amazon Watch también ha salido al paso de la polémica y vinculó la devastación de los bosques al discurso “antiambiental” de Bolsonaro, un capitán de la reserva del Ejército que se ha mostrado partidario de explotar la Amazonia y reducir la fiscalización de las reglas ambientales en las zonas protegidas. “Los agricultores y los ganaderos entienden el mensaje del presidente como una licencia para provocar incendios intencionados con total impunidad, con el fin de expandir fuertemente sus operaciones en la selva”.

Además, la postura del Gobierno brasileño —que ya ha despertado los recelos de la comunidad internacional— ha llevado al partido Rede Sustentabilidad a presentar ante el Tribunal Supremo una solicitud de impeachment al ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, por un delito de responsabilidad en la gestión de la política ambiental.

La región amazónica ha registrado más de la mitad de los 71.497 focos de incendio detectados en Brasil entre enero y agosto de este año, una cifra un 83% superior al del mismo período de 2018, según los datos divulgados por el estatal Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE). En medio de los alarmantes números, la Fiscalía abrió diversas investigaciones sobre los incendios registrados principalmente en la región amazónica y, concretamente, en relación a un anuncio publicado en un periódico local del interior del estado amazónico de Pará en el que se promovía el “Día del fuego”.

De acuerdo con relatos recogidos por las organizaciones medioambientales, decenas de productores rurales provocaron incendios en sus propiedades de forma coordinada en una muestra de apoyo al presidente Bolsonaro. “Hacendados decidieron crear el ‘Día del Fuego’ e incendiar los bosques para abrir paso y colocar pastos para el ganado, tener espacio en tierras públicas y para mostrarle al presidente que estarían ‘trabajando’ y por lo tanto merecerían la amnistía prometida para el crimen que estaban cometiendo en este momento”, contó el director de WWF.

Comisión externa

El presidente de la Cámara de los Diputados, Rodrigo Maia, anunció ayer la creación de una comisión externa para monitorear los incendios y destacó la importancia de preservar el medio ambiente para mantener fuertes las exportaciones y el agronegocio.

Brasil sufre un número récord de incendios. Entre enero y el pasado lunes, se han producido casi un 84% más que en el mismo período de 2018, el ritmo más alto desde que el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) —el ente que se encarga de monitorizar la deforestación de la zona selvática a través de imágenes de satélite— empezó las mediciones, en 2013.

Más allá de las protestas en redes sociales, los brasileños han empezado a organizar marchas para este fin semana en al menos ocho ciudades. La principal, con el lema “Todos por la Amazonia”, está prevista en la playa de Ipanema, en Río de Janeiro. La comunidad brasileña en Sídney (Australia) también ha convocado una marcha.