HOUSTON.- Los Tigres abatieron en penales a un América mermado, pero rebosante de sacrificio, que había remontado, pero erró en la última jugada. Los felinos avanzaron a la final de la Leagues Cup, en el prólogo del partido de liga, que se juega el próximo sábado.

El técnico Miguel Herrera nuevamente tuvo una noche estratégicamente enredada. Con un plantel encogido, decidió alinear al canterano Jesús López como lateral izquierdo. No funcionó. Jurgen Damm fue una pesadilla por esa banda y el primer tanto se gestó por esa avenida. El atacante felino llegó a línea de fondo y envió un centro que Paul Aguilar terminó incrustando en sus propias redes al 14’.

Herrera tuvo que modificar por segundo partido consecutivo antes del medio tiempo. Envió a Carlos Vargas y sacó a López, lo que desde un inicio lucía como el parado más lógico ante las ausencias que sufren las águilas.

La noche se acondicionaba para ser felina. Pero afloró el sacrificio, ese que el América a veces ni siquiera tiene que explotar, pues acostumbra a desparramar calidad. Andrés Ibargüen se apuntó dos pepinos: el primero de un penal otorgado por el VAR, y el segundo, en la recta final del encuentro, después de una descolgada cuando los Tigres parecían cerrar mejor. El cafetero estalló y se quitó la camiseta cuando vio la pelota en el fondo, como si de otro torneo se tratara.

Pero esta rivalidad, siempre tiene una carta inesperada que se juega al final. En un córner de último minuto las Águilas volvieron a resbalar por su propio pie. Bruno Valdés incrustó el segundo autogol de la tarde para su equipo y mandó todo a los penales, en donde los capitalinos dieron su último suspiro, insuficiente, pero que da certezas para un gran partido el próximo sábado en el Volcán.