Lubna Miludi, Yolanda Martínez y Luna Fernández son los nombres de las tres mujeres españolas identificadas hasta ahora en los campos de detenidos yihadistas en Siria controlados por las milicias kurdas, tras la caída del Estado Islámico. Según fuentes policiales, una es de origen marroquí pero nacionalizada española que ha vivido en Ceuta y las otras dos son madrileñas conversas. Todas habrían llegado a Siria de la mano de sus maridos. Interior estudia ahora su posible repatriación.

Vídeo cedido por un combatiente de las Fuerzas Democráticas Sirias en el que aparece una mujer arrestada el 1 de marzo en los alrededores de Baguz y que dice ser española. EL PAÍS
La última vez que vieron en España a Lubna Miludi fue el 5 de noviembre de 2014, cinco meses después de que Abu Bkr al-Baghdadi proclamara el Estado Islámico, el 4 de junio de ese mismo año. Lubna tenía 21 años y fue captada por las cámaras de seguridad del aeropuerto de Málaga cuando caminaba con una maleta roja dispuesta a tomar un vuelo hacia Estambul para cruzar la frontera desde Turquía y unirse al Estado Islámico. La mujer, de origen marroquí y nacionalizada española en Ceuta donde ejercía como profesora, le dijo a sus padres que iba a “ayudar a los niños pequeños que se habían quedado huérfanos porque sus padres habían muerto luchando por la yihad”. Fuentes policiales confirmaron este lunes a EL PAÍS que ella es una de las tres mujeres españolas identificadas en los campos y campamentos donde se hacinan detenidos yihadistas, incluidos mujeres y niños, y que gestionan las milicias kurdas en Siria

Yolanda Martínez y Luna Fernández son los nombres de las otras dos mujeres, según fuentes policiales. Se trata de madrileñas conversas que, según las mismas fuentes, se habrían enrolado en el ISIS aproximadamente en la misma época que Lubna, tras haber sufrido un proceso de radicalización de parte de sus parejas. En aquel momento el Estado Islámico estaba en plena campaña expansiva y apelaba a la movilización y desplazamiento de combatientes de todo el mundo. Se calcula que logró congregar a 60.000 personas procedentes de todos los rincones del planeta.

España, al igual que el resto de los países europeos, de donde se calcula que salieron unos 6.000 combatientes —237 desde territorio español— para unirse al califato recientemente derrocado, estudia ahora qué hacer con estas tres mujeres, según fuentes del Ministerio del Interior, que no descartan que haya más casos similares. Las autoridades kurdas no han hecho público el número de españoles que están actualmente bajo su custodia.

Yolanda Martínez es una madrileña convertida al islam, que viajó a Siria junto a su marido, Omar El Harchi, considerado en un auto del juzgado 5 de la Audiencia Nacional de 2014, “líder operativo” de una red reclutadora de yihadistas desde la Mezquita de la M-30 de Madrid: “Desempeñaría un rol ejecutivo en la organización, siendo la persona encargada de decidir cómo, y cuándo viajaban los miembros del grupo”.

Desde Casablanca
Según ese mismo auto del magistrado Pablo Ruz, Martínez viajó junto a El Harchi —con residencia en Tetuán (Marruecos)— a Estambul: “Estas intenciones de marcharse a Estambul de Omar se hacen efectivas comprobándose este extremo en la conversación mantenida entre la suegra (de Omar) y Yolanda Martínez, en la que Martínez le dice a su madre que están en Turquía. Así se ha podido determinar que Omar El Harchi y su mujer se habrían desplazado a Estambul por vía aérea, desde Casablanca (Marruecos), en compañía de cuatro combatientes más”. El grupo se autodenominaba “Los Andalusíes” o “Brigada Al Andalus”.

La tercera mujer en liza es Luna Fernández, otra conversa procedente de Madrid que viajó a Siria también de la mano de su marido, según fuentes de la lucha antiterrorista.

Pese a las informaciones policiales, hasta ahora el Gobierno solo ha confirmado oficialmente la existencia de una española arrestada en el que fuera el último bastión del ISIS en Siria, la ciudad de Baguz, que cayó hace 10 días. Sin embargo, al menos dos mujeres manifestaron ser españolas. Fueron interceptadas por las milicias de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF, en sus siglas en inglés) cuando las evacuaban de Baguz y aseguraron tener pasaporte español.

Una dijo que tenía 24 años, que era de origen marroquí y que era la viuda de un yihadista muerto en combate. Junto a ella viajaban siete menores, aunque no se sabe si eran sus hijos. La otra, de la que solo se tiene constancia por una grabación en la que asegura (en inglés) ser española, viajaba con cuatro niños y cubierta con un niqab (velo integral).

Inicialmente, el Ejecutivo manifestó su intención de traer de vuelta a las mujeres que tuvieran pasaporte español, al igual que a los menores a su cargo “por motivos humanitarios”.