La canciller alemana Angela Merkel durante su intervención. FADEL SENNA AFP

El Pacto Mundial por las Migraciones le sienta bien al desarrollo
El llamado Pacto Global por una Migración Segura, Ordenada y Regular fue adoptado formalmente esta mañana en Marrakech mediante consenso por la conferencia intergubernamental de la ONU. Al encuentro han asistido representantes de 164 países de los 193 que integran la ONU. El texto contiene 23 objetivos no vinculantes para los Estados que lo suscriben. Y a pesar de que no compromete jurídicamente a ningún Gobierno, Estados Unidos se opuso a él desde un principio y ha ejercido hasta el último momento notables presiones para que ciertos países no asistan, según indicaron a este diario fuentes diplomáticas, de la sociedad civil y de la organización.

El proceso para adoptar el pacto comenzó hace 18 meses, aunque las negociaciones formales se iniciaron en enero de este año y concluyeron en julio, tras seis rondas. Su aprobación definitiva está solo a expensas de la votación que se celebrará el 19 de diciembre en la sede de la Asamblea General de la ONU, en Nueva York. En cualquier caso, fuentes de la organización aseguran que el hecho de que hayan venido solo 164, en lugar de los 180 que se esperaban, es irrelevante. “Que algunos no hayan venido, porque hayan perdido un avión o por cualquier otra razón no significa que no lo adopten”, indicó la misma fuente diplomática. “Italia y Suiza, por ejemplo, han dicho que no venían a Marrakech porque querían someter el acuerdo a un debate parlamentario. Pero eso no significa que finalmente no lo vayan a apoyar”, subrayó.

Hasta el momento, solo una decena de países han expresado abiertamente su oposición al pacto. Además de Estados Unidos destacan Austria, Polonia, República Checa, Eslovaquia, Bulgaria, Australia y Chile, país que se descolgó justo un día antes de que comenzara el encuentro de Marrakech. En Bélgica la derecha nacionalista flamenca se negó a respaldar el acuerdo y ha roto la coalición de Gobierno de la que formaba parte. Así que finamente, la delegación belga asistió a Marruecos, pero con su Gobierno roto.

El primer ministro belga, Charles Michel, fue interrumpido dos veces por los aplausos durante su discurso. Recordó que él sometió el Pacto a la decisión de su Parlamento y fue respaldado por dos tercios de los diputados. “Eso demuestra los valores de mi país de apoyar el respeto, el coraje y la responsabilidad. (…) Necesitamos coraje y responsabilidad. Este es un momento importante y me presento ante ustedes habiendo tomado la decisión de optar por la cooperación internacional”.

El nivel de representación de cada país ha sido menor de lo esperado. Los jefes de Gobierno presentes en la cumbre han sido minoría. Pedro Sánchez, la canciller alemana Angela Merkel, el primer ministro portugués, António Costa, y el belga, Charles Michel, destacaban por parte de la Unión Europea. Otros líderes que tenían pensado asistir, como el presidente brasileño Michel Temer, delegaron en sus ministros y diplomáticos la representación en Marrakech. Otros Gobiernos han reducido el número de enviados a la cumbre.

En algunos países como Suiza y Canadá, la ratificación del pacto motivó acalorados debates. En España, sin embargo, la adopción del acuerdo y la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha sido contestada por la oposición. “Los partidos, incluso los que usan el fenómeno migratorio para sacar rédito electoral, son conscientes de la solidaridad española. Los líderes de la oposición han sido conscientes de la importancia de estar aquí y el Gobierno de España agradece que no haya sido motivo de confrontación”, declaró la Secretaria de Estado de Migraciones, Consuelo Rumí.

Los organizadores tenían prevista la asistencia del rey de Marruecos, Mohamed VI y habían montado una carpa para acogerle. Finalmente, durante la noche del domingo los funcionarios de la ONU fueron informados de que el monarca no asistiría a la apertura de la conferencia. El Palacio Real no informó sobre la causa de su ausencia. El país anfitrión ofreció un almuerzo a las delegaciones al que tampoco asistió el monarca.

No obstante, Mohamed VI emitió un comunicado en el que afirmaba: “Por ahora, el pacto mundial es una promesa que la historia juzgará. No es aún el momento de celebrar su éxito (…) “La conferencia de Marrakech es, ante todo, una llamada de atención. A esta llamada, África responde desde ahora mismo: ¡Presente! El desafío de esta conferencia es mostrar que la comunidad internacional ha hecho la elección de una solidaridad responsable”. El monarca señaló también: “La página de la historia que hoy se escribe en Marrakech honra a la comunidad internacional y la conduce un paso más hacia un nuevo orden migratorio, más justo y más humano”.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, apeló a los presentes durante la inauguración de la cumbre, a no “sucumbir al miedo”. Louise Arbour, Enviada Espacial de la ONU para la Migración Internacional, añadió: “Es sorprendente que haya habido tanta desinformación sobre lo que es y dice el Pacto […] No crea ningún derecho de migrar, no impone ninguna obligación a los Estados”.

La canciller Angela Merkel, que en 2015 impulsó en Alemania la acogida de 890.000 refugiados y al año siguiente la de 280.000, recibió un clamoroso aplauso tras su intervención ante los representantes de las delegaciones. “Tenemos que recordarnos a nosotros mismos que la ONU fue fundada como resultado de la Segunda Guerra Mundial. Fue una respuesta al nacionalismo, una búsqueda de respuestas comunes. De eso trata este Pacto, de la cooperación internacional. Esta es la única manera de hacer de este planeta un lugar mejor”

Varios representantes de delegaciones consultados insistían en que lo más importante de la conferencia de Marrakech no es que Estados Unidos y una decena de países se opongan al pacto, sino que acuerdo ha sido adoptado por la abrumadora mayoría de los Gobiernos que integran las Naciones Unidas.