Una huelga sorpresa de los sindicatos de Aerolíneas Argentinas dejó en tierra a más de 25.000 personas y alteró a pasajeros y al Gobierno de Mauricio Macri. Los trabajadores denunciaron que la compañía estatal no les “deja otra alternativa” que recurrir a las medidas de fuerza por la decisión de no aumentar sus sueldos a la par de la inflación, que este año superará el 40%. Macri los intimó a sentarse a la mesa de negociación mientras criticaba los altos costes laborales de la empresa y sus pérdidas multimillonarias, que son sufragadas con fondos públicos.

Entre las previsiones que la crisis económica argentina hizo saltar por los aires este año está el equilibrio de las cuentas de Aerolíneas Argentinas. En marzo, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, anunció que 2018 sería el último año en números rojos de la aerolínea, a la que el Estado preveía subsidiar con 80 millones de dólares. Ocho meses después, la compañía asume que las pérdidas rondarán los 200 millones de dólares y el año que viene también tendrá déficit. Su situación es un lastre para el Ejecutivo, que ha presentado en el Congreso un presupuesto de austeridad para 2019 tras prometer al Fondo Monetario Internacional que alcanzará el déficit primario cero.

UNA RELACIÓN CONFLICTIVA
Los sindicatos aeronáuticos argentinos mantienen una relación tensa con Macri desde que en 2016 planteó una “revolución de los aviones” que incluía la entrada de aerolíneas de bajo coste. Los gremios se oponen a la política laboral y sindical de las low cost, mucho más duras que las de las aerolíneas tradicionales.

“Aerolíneas Argentinas, producto de la devaluación, del aumento del precio del petróleo, ha aumentado nuevamente su necesidad de financiamiento; desde que se estatizó, los argentinos tenemos que poner plata todos los meses para que funcione. La mayoría de las lineas aéreas que funcionan en el mundo no requieren que los ciudadanos de esos países pongan plata todos los meses”, dijo Macri este jueves durante un acto público en la provincia de Buenos Aires. El presidente detalló que en el último mes Dujovne giró fondos por 1.000 millones de pesos (27 millones de dólares) para pagar los salarios de los empleados de la compañía.

“No es justo que el 95% de las personas que no usan aviones tengan que pagar para que Aerolíneas funcione”, subrayó Macri. Sus palabras despertaron conjeturas y críticas sobre una supuesta reprivatización de la compañía, que fue expropiada en 2008 a la española Marsans. “No quieren privatizar Aerolíneas como en los noventa, quieren fundirla y entregarle todo el mercado aerocomercial a las empresas de sus amigos”, tuiteó el expresidente de Aerolíneas y actual legislador kirchnerista Mariano Recalde. Durante la campaña electoral, Macri negó en varias ocasiones la privatización y fuentes gubernamentales volvieron a descartarla nuevamente hoy.

Desde que Macri llegó a la Presidencia, en diciembre de 2015, Aerolíneas Argentinas ha tenido tres directores ejecutivos. El actual, Luis Malvido, desembarcó en julio y ha tenido que lidiar desde entonces con el gran aumento de los costes operativos, en especial de la gasolina, que acumula un alza del 70% en lo que va de año. Malvido planteó a los sindicatos la necesidad de terminar con algunos privilegios adquiridos para reducir gastos. “Si querés volar, hay que hacerlo como lo hacen los otros, la competencia. No se pueden tener condiciones fuera del mercado”, señaló Malvido días atrás.

El nuevo titular de Aerolíneas rechazó también la reapertura de la negociación salarial colectiva, que venció a fines de septiembre. La respuesta de los sindicatos no se ha hecho esperar. El sector aeronáutico argentino cuenta con seis gremios y basta con que uno de ellos haga huelga para provocar retrasos y cancelaciones. Esta vez, cinco de ellos apoyaron la medida de fuerza y obligaron a Aerolíneas a cancelar más de 200 vuelos.

“Estoy esperando desde las 11 de la mañana, ya tendría que estar en Neuquén”, se quejaba un pasajero que no pudo salir de Aeroparque, en Buenos Aires. “Tengo un compromiso mañana en Salta, no me sirve que me reprogramen el vuelo al sábado”, criticaba otra pasajera. Desde la compañía han calificado de “ilegítima” la huelga y han pedido la intervención de la secretaría de Trabajo.