José Revueltas

1968 fue sin duda un parteaguas histórico, fue el nacimiento de una nueva cultura, la que hicieron los jóvenes y los viejos pensadores que los acompañaron como mi abuelo José Revueltas.

En ese año, en París los jóvenes de apropiaron de los muros sobre todo de las universidades y dejaron pintas que después se convertirían en los espléndidos manifiestos de esa época, aún completamente vigentes:

EL DEBER DE TODO REVOLUCIONARIO ES HACER LA REVOLUCIÓN. Ciencias Políticas.

SER LIBRE EN 1968, ES PARTICIPAR. Ciencias Políticas.

DECRETO EL ESTADO DE FELICIDAD PERMANENTE.

Ciencias Políticas

PROHIBIDO PROHIBIR . Sorbona

LA IMAGINACIÓN AL PODER . Sorbona

SEAMOS REALISTAS, PIDAMOS LO IMPOSIBLE . Censier.

Mi madre, Andrea, fue la primera hija de José con su primera esposa, Olivia Peralta.

Debido a la marcada ideología y simpatía de parte de sus padres hacia el comunismo, fue educada con ideales revolucionarios desde niña.

Se casó muy joven con el escritor, editor y entonces militante comunista guatemalteco Oscar René Cruz, quién habría llegado a México buscando asilo político tras escapar de la dictadura de Árbenz.

Tras casarse y después de habernos tenido a mí y a mis dos hermanos, mi madre decidió ingresar a la UNAM para estudiar filosofía y letras, poco antes del movimiento del 68.

Ahí militó junto con su padre en la Liga Leninista Espartaco.

Mi madre Andrea era una mujer brillante que estudiaba y leía todo el tiempo, le gustaba estar al tanto de todo lo que sucedía en México y en el mundo. Era una apasionada de la política y la filosofía. La discusión política era el pan de cada día en mi familia, ella era una interlocutora muy importante para mi abuelo y él estaba siempre al tanto de su formación.

El “abuelo chocolatón” llegaba a la casa con los bolsillos llenos de todo tipo de chocolates que nos regalaba para que nos mantuviéramos un ratito en silencio en lo que ellos platicaban.

Las discusiones filosóficas entre ellos siempre eran profundas.

Un día llegó mi madre a la casa con un disco precioso, era “ The Yellow Submarine” de los Beatles, el disco nos maravilló a mis hermanos y a mí, sobre todo por su alegre portada. Fue algo insólito pues hasta ese momento lo único que sonaba en nuestra casa era música clásica.

Otro día llegó súper entusiasmada con un algo “increíble” ¡que teníamos que oir ! era “Indagada da Vida” de Iron Butterfly, el disco tenía el solo de batería más largo que jamás se había oído en esa época. A mis hermanos y a mí nos encantaban esas sorpresas de mi madre pero a mi padre que tuvo su época estalinista, lo rebasaba la situación.

Mi madre se involucró en el movimiento del 68 y nos llevaba a mis hermanos y a mí a las marchas. De milagro no nos llevó a la del 2 de octubre. Debido a que había habido rumores de posible represión. Mi abuela Olivia, sabiamente, decidió llevarnos de visita a casa de una tía para evitar que mi madre nos llevara ese día. Comíamos y jugábamos tranquilamente cuando de pronto una llamada telefónica cambió el semblante de mis tías y mi abuela. Tras colgar el teléfono empezaron a cuchichear entre ellas, tratando de aparentar que no pasaba nada. Pasaron las horas, se hizo de noche y nosotros seguíamos ahí. Me di cuenta que algo raro estaba pasando, pero jamás hubiera podido imaginar lo que sucedió. Hasta ya muy pasada la noche supimos de mi madre, para gran alivio de mi abuela, había logrado escapar, estaba bien, ya estaba en la casa.

Pudo escapar porque iba con una amiga embarazada. Estaba muy alarmada y mi padre callado y cabizbajo. Había mucha preocupación en el ambiente -habían disparado-, pero no nos dijeron más. Yo tenía apenas 11 años y por primera vez en mi vida sentí una tremenda rabia por la injusticia, por el abuso de poder, ¡¿por qué tiraron a matar si iban desarmados, había mujeres, había niños, había ancianos?! Pudimos ser nosotros….

En mi casa estábamos en alerta máxima. Mi abuelo escapaba de casa en casa, sabíamos que teníamos el teléfono controlado.

Poco después agarraron a mi abuelo y lo llevaron a Lecumberri.

Lo íbamos a visitar a la cárcel y yo lo vivía como un hecho heroico, desafiante, rebelde, solidario. Fue una enorme escuela de valores humanos para mí ver como resistían, ganaron el jardín y lograron transformaban el horror en un lugar de formación, de estudio y de discusión de ideas, de realización de obras maestras. Yo no los vi sometidos, los vi siempre en pie de lucha y alegres porque cuando llegábamos teníamos hermosos convivios.

Me tocó ver la alegría de todos porque la gran gelatina hecha con vodka había entrado sin problemas a la alegre convivencia. Mi madre como otras mujeres, entre ellas mi abuela Olivia, les llevaban cosas, libros y comida a la cárcel. Pero lo más importante era que ella era el correo más fiable de mi abuelo, sacó así muchas cartas y documentos que fueron enviados a muchos intelectuales extranjeros, organizaban la resistencia desde dentro. Sacaba manuscritos también. Al ver esto, yo llegué a sentirme parte de misiones secretas ultra importantes.

Mi abuelo adoraba a mi madre, era su interlocutora preferida y discutían mucho, los tema de las cartas también.

En una entrevista que le hicieron a José Revueltas poco antes de su muerte, aseveraba :

“Para mí, 1968 fue la explosión y el alerta revolucionarios más importantes que he visto. Cuando analicé sus posibilidades me dije, tú tienes que estar aquí de pies a cabeza. Y tienes que luchar, porque esto es el renacimiento de un México nuevo, al que hay que apoyar con toda tu alma. No dudé ni un segundo en entregarme a su causa.” (1)

En efecto, muchos recuerdan la llegada de Revueltas a la UNAM al inicio del movimiento, integrándose a la lucha de los estudiantes en la Facultad de Filosofía y Letras.

Primero participó en el Comité de Intelectuales, Artistas y Escritores, pero tuvo fuertes diferencias y renunció para integrarse al Comité de Lucha de Filosofía, donde luchó con intensidad y entusiasmo hasta que lo arrestaron el mes de noviembre de ese año.

Su larga experiencia de militante de izquierda, así como su gran conocimiento del sistema político mexicano ( 2 ) le permitieron captar rápidamente las dimensiones del movimiento, sus implicaciones en relación con el contexto revolucionario internacional y su vinculación con las luchas políticas del pueblo mexicano.

Para él, la nueva praxis revolucionaria repudiaba y rebasaba a las viejas organizaciones rechazando al dogmatismo estalinista:

“ Vuestra acción de masas, que se convierte en praxis histórica de inmediato, desde el primer momento, reviste el carácter peculiar de ser al mismo tiempo un gran salto teórico, una radical subversión de la teoría mediatizada, deformada, fetichizada por los epígonos stalinistas .”(3)

“La esencia enajenada del hombre, que se manifiesta en la propiedad privada de los medios de producción, no se disuelve en la socialización de los mismos, sino tan sólo se modifica(…) la propiedad privada se convierte a su vez en propiedad del Estado y en el propio Estado: La propiedad privada, ahora, es Estado.” (4)

Desde los primeros textos que Revueltas escribe sobre el movimiento lo califica como una “nueva revolución cuyas premisas han comenzado a desplegarse”. Y advierte de su carácter impugnador, crítico de la autoridad, así como de sus formas de participación democráticas y autónomas. Los elementos más importantes que podrían más tarde propagarse a la sociedad entera como proyecto social basado en la autogestión. (5)

Frente a la mediatización política del Estado, Revueltas proponía la lucha por la independencia, por conquistar espacios de autonomía y conservarlos. Para él, ser independiente significaba tener una percepción clara de los acontecimientos, de sus actores y de ser consciente de la correlación de fuerzas, de tener un proyecto revolucionario y de que para alcanzarlo había que ir elaborando una estrategia que fuera fruto del análisis profundo de la realidad. ( 6)

La autogestión es sumamente importante para Revueltas e insistirá en subrayar sus implicaciones en numerosos ensayos y conferencias; para él, 68 fue “el comienzo de una autogestión espontánea, pero profunda y poderosa. De lo que se trata ahora –dirá más tarde- es que el proceso se haga consciente, que sea asumido por una consciencia colectiva en ejercicio continuo, lúcido y racional. “(7)

Y explicaba que “aunque el concepto de autogestión no fue explícitamente desplegado como tal por el movimiento de la generación de 68, la autogestión constituye, no obstante, su conquista teórica esencial y uno de los más grandes logros obtenidos. La autogestión fue de hecho y sin duda alguna, la práctica misma del movimiento, su forma existencial de ser, en concordancia con su propia realidad concreta y su contenido como cuestionamiento del régimen.(8 )

“De la autogestión académica deberá trascenderse a la autogestión social. Autogestión de las masas del pueblo, de los trabajadores de las fábricas, de los campesinos, por medio de los comités de lucha y los consejos populares de lucha.” (9)

En lo personal para Revueltas, su participación y su análisis del movimiento lo impulsaron a profundizar y desarrollar su crítica teórica radical, lo que le permitió romper con todos los tabús del dogmatismo. Durante su encierro en Lecumberri, trabajó intensamente en este sentido extrayendo conclusiones teóricas tanto del 68 como de los “nuevos contenidos de la realidad” mundial .

Elena Poniatowska recuerda que para Revueltas el 68 era un “enloquecido movimiento de pureza” (10)

José Revueltas vivió y entendió, fue consciente como pocos, de esos intensos momentos históricos de repercusiones mundiales, de esos momentos que marcaron toda una época, ¡el despertar mundial de los jóvenes!

Poco tiempo después de haber sido apresado en Lecumbemi, mi abuelo José le ordenó a madre que saliera del país. Ella, poco después de divorciarse de mi padre, se autoexiló en Francia. Allí estudió dos maestrías, una en Sociología Urbana en la universidad de Nanterre en París y más tarde maestría en Filosofía en la universidad de Vincennes igualmente en París. Posteriormente se doctoró en Ciencias Políticas en Vincennes. En París hizo amistad con grandes personajes como Henri Lefévre, quien también fue su maestro.

Mi madre y mi abuelo se escribían cartas reflexivas e interesantes, mi madre tenía al tanto a mi abuelo de todo lo que pasaba intelectualmente en París y a mí entre otras cosas me puso a leer “El Segundo Sexo” de Simone de Beauvoir.

Más tarde después de salir de la cárcel, gracias a la venta del guión de El Apando mi abuelo decidió ir a Paris, quería ver a mi madre y me invitó para que yo pudiera verla también. Hicimos un bello viaje y él murió poco después. Después pensé que había ido a París a despedirse.

Mi madre llegó a ser profesora emérita en la UAM (Universidad Autónoma Metropolitana), fue una gran experta en filosofía política especializándose en temas sobre México. A pesar de que tuvo con su padre un diálogo intelectual muy importante, ella siguió su pensamiento en su propio trabajo intelectual, publicando muchos artículos y varios libros. (“México: Modernidad y Estado”, “Las Transformaciones del Estado en México: un neoliberalismo “a la mexicana”,”Olivia Peralta: mi vida con José Revueltas”( 11)

Después de la muerte de mi abuelo, mi madre Andrea se dedicó junto con su segundo esposo Philippe Cheron a rescatar, transcribir, ordenar, pensar, publicar y difundir la obra de su padre, gracias a ellos se pudo conocer la obra completa de José Revueltas. La obsesión de mi madre era que no se dejaran del lado los textos políticos. Pero desgraciadamente después de la muerte de Andrea ya no se publicó la obra completa de José Revueltas, se dejaron de publicar sus textos teóricos y políticos. (12)

(1)Entrevista realizada por Ignacio Hernández en 1975, reproducida en “Gustavo Sáinz , Conversaciones con José Revueltas”, México, Centro de Investigaciones Lingüísticas y Literarias, Universidad Veracruzana, 1977,pp.33

(2) “México, Democracia Bárbara” José Revueltas(1958)

Y “Ensayo sobre un Proletariado sin Cabeza”(1962)

(3)Carta enviada a André Gorz . México 68,po.cit.,

pp 25-37 y 303 .

(4) México 68,ed. Era,po.cit.,pp 33-4.

(5) México 68, ed. Era,po.cit.,pp 38-39.

(6) México 68, ed. Era,po.cit.,pp 43-48.

(7) México 68, ed. Era,po.cit.,pp 98.

(8) México 68, ed. Era,po.cit.,pp 137.

(9) México 68, ed. Era,po.cit.,pp 102.

(10)Babelia , Suplemento del diario El País, 19 de mayo 2008.”Matanza en Tlatelolco” de Elena Poniatowska.

(11) “México: Modernidad y Estado”,México UAM-X Col.Breviarios de Investigación. 1993.

“Las Transformaciones del Estado en México: un neoliberalismo “a la mexicana”, México UAM-X Col. Ensayos.1996.

”Olivia Peralta: mi vida con José Revueltas”, México, IVEC Plaza y Valdés 1997.

(12) Actualmente solo se publica “México 68 : juventud y revolución “ed, Era .

Los textos que no se volvieron a publicar son : “Escritos políticos 1”

“Escritos políticos 2”, “Escritos políticos 3”,”México: una democracia bárbara”, “Ensayos sobre un proletariado sin cabeza”, “Cuestionamientos e intenciones “, “Ensayos sobre México”, “Dialéctica de la Conciencia”.