Soldados chilenos establecen un retén en Villarrica, en diciembre de 2020. MARCELO HERNANDEZ (GETTY IMAGES)

Los carteles mexicanos han extendido sus redes por Latinoamérica, como empresas multinacionales a la caza de nuevos mercados. Los dos principales grupos criminales del país, el Cartel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), ya han aterrizado en Chile. Así lo ha confirmado en una entrevista esta semana el subsecretario del Interior del Gobierno de Gabriel Boric, el socialista Manuel Monsalve, uno de los principales responsables del orden y la seguridad pública de La Moneda.

“En este continente se encuentran tres de las cinco organizaciones más peligrosas del mundo: el Tren de Aragua, [el Cartel] Jalisco Nueva Generación y el Cartel de Sinaloa. Todas estas organizaciones ya tienen influencia o presencia en Chile ”, afirmó Monsalve en entrevista con el diario chileno Las Últimas Noticias. Lo hace luego de numerosos eventos protagonizados en los últimos meses por estas bandas internacionales.

Un avión del Cartel de Sinaloa trató de enviar 665 kilogramos de cocaína desde Chile al puerto de Rotterdam, en Holanda. El CJNG estableció un laboratorio en la ciudad chilena de Iquique. También fue descubierto al intentar introducir 3,5 toneladas de marihuana al país a través del puerto de San Antonio, según la Fiscalía chilena. Las evidencias y avistamientos de operarios de los carteles ya no dejan lugar a dudas sobre su injerencia en la región.

A mediados de junio, la policía chilena desarticuló la fracción Los gallegos del Tren de Aragua, una agrupación criminal de origen venezolano. Detuvo a 11 personas, que poseían drogas, armas y chalecos antibalas. En el marco de la redada, los investigadores encontraron un cadáver en un cerro de la nortina ciudad de Arica. Lo habían enterrado vivo.

La Fiscalía chilena ya avisó en septiembre de 2021 de la irrupción de los grupos criminales mexicanos. Durante la presentación del informe Observatorio del Narcotráfico en Chile 2021 el Fiscal nacional, Jorge Abbott, declaró que “Chile dejó de ser un país de tránsito de droga; de hecho, carteles de México ampliamente conocidos intentan asentarse aquí. Tenemos que admitir que hemos iniciado la senda de aquellos territorios que albergan producciones locales de sustancias ilícitas y la instalación de carteles dentro de sus fronteras”.

Para Monsalve, que secunda en materia de seguridad a la ministra del Interior, Izkia Siches, el crimen organizado aparece como el principal responsable de la crisis de seguridad que atraviesa Chile. Este es uno de los principales desafíos del actual Gobierno y la principal preocupación de la población, según la última encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP). En un país que históricamente ha tenido menores tasas de criminalidad que el resto de América Latina, las familias en los últimos tres años se sienten más inseguras y han aumentado los delitos más violentos como los homicidios, según han informado organizaciones especializadas como Paz Ciudadana.

“El narcotráfico es un factor importante”, ha asegurado Manuel Guerra, exfiscal de la zona metropolitana. El abogado ha dicho que el Estado no da abasto para la prevención ni represión y apunta a otro elemento: “Hay importación de prácticas que en Chile no eran habituales”, ha analizado Guerra en relación al sicariato, los asaltos en moto o préstamos ilegales.

Para Monsalve, la llegada del crimen organizado implica “más violencia, más armas y más homicidios”. “El delito que antes lo cometía una persona, ahora es realizado por organizaciones sofisticadas que planifican a gran escala el tráfico de estupefacientes, de inmigrantes, la trata de personas, el contrabando o los delitos de ciberseguridad”, aseguró el subsecretario de Interior, además de revelar que en las próximas semanas se dará a conocer el nuevo plan de recuperación de espacio público.

Los carteles mexicanos se globalizan
Los tentáculos del Cartel de Sinaloa se extienden por casi todo el globo. Según el portal especializado Insight Crime, no cuenta con una estructura jerárquica, sino que está conformado por células independientes entre sí, lo que facilita su despliegue. Como una multinacional más, que para sus negocios en el extranjero trabaja con socios locales que actúan como una especie de subcontrata criminal. Durante años, la organización ha sido conocida por ser uno de los grupos criminales más sangrientos y poderosos del mundo.

Su histórico líder, Joaquín El Chapo Guzmán, cumple cadena perpetua desde 2019 en una cárcel de máxima seguridad estadounidense. El arresto de El Chapo debilitó al cartel, que comenzó a ser asediado por otras organizaciones rivales, además de sufrir luchas internas por el control entre los hijos de Guzmán, Los Chapitos, e Ismael El Mayo Zambada, uno de los últimos miembros de la vieja guardia del narcotráfico mexicano. Zambada es el único narco de su generación que nunca ha pisado la cárcel. Está en la lista de criminales más buscados por la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés), que ofrece 15 millones de dólares por su captura.

El Cartel Jalisco Nueva Generación se ha vuelto omnipresente en los escenarios habituales de la violencia mexicana. Nació como un grupo pequeño, una escisión del extinto Cartel del Milenio, hace poco más de una década. Su gusto por la violencia extrema, el enfrentamiento directo y la mediatización de sus acciones lo han aupado hasta la cumbre del narcotráfico mundial. Desde entonces, le disputa al Cartel de Sinaloa el control de las rutas de la droga del país y el continente.

La DEA ofrece 10 millones de dólares de recompensa por Nemesio Oseguera-Cervantes, El Mencho, número uno del CJNG. Sin embargo, de acuerdo con un análisis de Insight Crime, las dudas sobre la salud de su líder y los numerosos frentes abiertos que ha tenido en la última década, están desgastando al grupo criminal. Aun así, la llega del cartel a Chile confirma que sus relaciones internacionales siguen ampliándose.

“El crimen organizado es una de las principales amenazas que enfrenta nuestra democracia”, señaló Monsalve. ”Un Gobierno de izquierda no puede abandonar o dejar al pueblo en manos del crimen organizado. La seguridad debe ser la prioridad”, sentenció.