Menos de la tercera parte de las mujeres que tiene un negocio tiene acceso a un crédito para poder crecer o mejorarlo, según la ENIF. NURPHOTO (NURPHOTO VIA GETTY IMAGES)

Trabajan mucho, pero ganan poco. Resuelven los problemas de la familia, pero no pueden ahorrar. Emprenden negocios y sustentan a su familia, pero nadie quiere patrocinar su trabajo. Millones de mujeres en México no cuentan con acceso a productos financieros básicos como tarjetas de débito, cuentas de ahorro, crédito para emprender un negocio o la posibilidad de tener una administradora de ahorro para el retiro (Afore).

Mientras que buena parte de los hombres tienen acceso a productos del sector financiero formal, en el caso de las mujeres su acceso es limitado y en algunos casos, ha decrecido. Según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, (ENIF), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), menos mujeres tuvieron acceso productos de captación (como cuentas de inversión, de cheques o débito), seguros y ahorro para el retiro, mientras que su acceso al crédito sigue siendo menor al 32%.

Sofía Colín está a punto de cumplir uno de sus grandes sueños: abrir y administrar su propio salón de belleza. Acudió al banco a pedir un crédito, pero luego de hacerle una decena de preguntas, le otorgaron un préstamo personal, no empresarial. “La tasa de interés que me dieron es altísima porque no puedo comprobar ingresos”, comenta. A raíz de la pandemia por covid-19, comenzó a hacer cortes de pelo y tintes a domicilio y casi siempre sus pagos son en efectivo. “Fue más que nada para poder arreglar el local y comprar algunos insumos que se suman a lo que yo he comprado a lo largo de los años”, comenta en consulta.

La brecha de género es la principal traba que tienen las mujeres para crecer. Entre las razones que se mencionan en la ENIF, destaca que las mujeres creen que no cumplen con los requisitos, que perciben que serán rechazados o que los intereses de los créditos son altos. En contraste, las mujeres son muy ahorradoras: mientras que el 41% de los hombres reportó no tener oportunidad de ahorrar, el 48% de las mujeres sí lo hace, aunque buena parte en medios informales como tandas o cajas de ahorro populares.

El no ser incluidas genera ansiedad, sobre todo cuando se trata de conseguir recursos. David Lask, director de la empresa de productos financieros Tala en México, dice que existe un estrés financiero ligado a la no inclusión de las mujeres. “Las opciones que tienen muchas mujeres en la economía informal son limitadas, al mismo tiempo que peligrosas, como los usureros, mientras que muchas personas ya pueden tener acceso gracias a la penetración de la telefonía móvil”, comenta en entrevista.

Las nenis, ese grupo menospreciado de microempresarias
En medio de la crisis sanitaria por el coronavirus, el término nenis se empezó a popularizar en redes sociales: mujeres que usan redes sociales como Marketplace o Instagram para comprar y vender todo tipo de productos y servicios, principalmente ropa, cosméticos o artesanías. De acuerdo con un análisis de Tala México, hay más de 5,2 millones de nenis o de mujeres que han emprendido a través de las redes sociales en nuestro país y sus ingresos ayudan a más de 13 millones de hogares. “Tienen un canal muy efectivo para vender productos, pero al mismo tiempo el acceso para que puedan operar no es tan fácil todavía, ahí está el reto de las entidades financieras”, dice Lask.

La vulnerabilidad de las mujeres en términos financieros proviene desde la precarización de su trabajo. Mientras que el 68,9% de los hombres tiene un empleo remunerado en el mercado formal, solo 30,9% de las mujeres hace ese mismo trabajo, en contraste con la mayoría de mujeres que realizan trabajo sin remunerar en el hogar.

Carolina Maldonado, directora para la igualdad de las mujeres y hombres en la vida económica en el Instituto Nacional de las Mujeres, indica que la primera vulnerabilidad que padecen las mujeres es la minimización del valor de su trabajo, aunque suele ser muy valioso. “Que haya ropa limpia y comida en el refrigerador para que otros vayan a ganar un salario o un trabajo, que abrumadoramente también lo hacen las mujeres”, comenta la funcionaria en la Semana de Inclusión Financiera.

Por un lado, las nenis buscan de hacerse de medios para emprender sus negocios pese a los comentarios despectivos que se vierten en redes sociales, muchas empresas mencionan la palabra empoderamiento para referirse al crecimiento que puedan tener. Según Maldonado, para que haya una verdadera inclusión y empoderamiento, este sector debe asumir el liderazgo en la toma de decisiones en torno al dinero. “Debe de haber una reducción y redistribución de la pesada carga que supone el trabajo de cuidados, además de la capacidad de las mujeres de vivir sin violencia”, reflexiona la funcionaria.