Paulina Goto y Ludwika Paleta hablan sobre la maternidad desde perspectivas distintas, pero que coinciden en la sororidad, en la serie que protagonizan y que se estrena el 20 de enero / Fotos: Cortesía Jerry ML / Talent on the Road / Fotoarte: Erick Zepeda

CIUDAD DE MÉXICO.- Como protagonistas de la serie Madre sólo hay dos, las actrices Ludwika Paleta y Paulina Goto exponen dos perspectivas diferentes acerca de la maternidad.

La primera, aborda el tema con la experiencia previa en carne propia al tener tres hijos, y la segunda, sin haberlo vivido, contrasta con una visión más romántica de esta faceta femenina. El resultado de tal contraste es un panorama en el que no basta sólo la disciplina o la improvisación, sino ambas aristas para cuidar a un bebé.

Para Ludwika Paleta, de 42 años, la serie de nueve episodios dirigida por Fernando Sariñana y que estará disponible en Netflix el 20 de enero, humaniza a los personajes y muestra lo complejo de la maternidad en cualquier contexto.

Una de las cosas que más me gustaron del proyecto es la humanización de los personajes y de la maternidad; de lo complicada que es y de la frustración que se siente cuando piensas que no lo estás haciendo bien. La maternidad es un trabajo tan ingrato, en el sentido de que nadie te paga, no nada más dinero, sino que nadie parece reconocer tu esfuerzo. Tu única recompensa, al final, es el amor que tú sientes”, expresó Paleta en video entrevista con Excélsior.

Madre sólo hay dos relata una historia en la que las bebés de dos mujeres son intercambiadas al nacer en el hospital y luego de cuatro meses de vivir con la madre equivocada, son entregadas a sus mamás biológicas. El desprendimiento es tan complicado que ambas deciden, a pesar de no caerse bien, vivir juntas y crean así una peculiar familia.

En la maternidad, el amor que se siente es realmente incondicional, no exiges nada a cambio. Eso a veces es frustrante. Las que somos mamás entendemos que no importa el esfuerzo que pongas, la cantidad de noches que dejes de dormir…, nadie te dice: ‘oye, muy bien, te ganaste un premio’. Te quedas sólo con tu propia satisfacción. Esa es una gran lección. Humanizar la maternidad me parece de las cosas más bonitas que tiene esta historia”, reiteró Paleta.

En la serie, Ludwika recrea a Ana, una mujer controladora, disciplinada hasta la obsesión, enfocada en desarrollarse a nivel profesional y quien cuenta con un contexto económico acomodado, con dos hijos más y un matrimonio aparentemente estable, por lo que desea que su bebé se independice de ella, que aprenda con tarjetas y se alimente con biberón.

En contraste, Paulina Goto, de 29 años, interpreta a Mariana, una madre joven, soltera, quien vivió su embarazo mientras cursaba sus estudios, con poca estabilidad económica, pero con una visión distinta de la maternidad, en la que el contacto natural es prioritario, así como la lactancia.

El personaje está muy bien dibujado en la historia. Yo no he vivido el ser mamá, pero es algo que me gustaría. Hice un trabajo de investigación, vi documentales y leí cosas que son del interés de mi personaje. Ella está clavada en este tema del parto humanizado, de tenerlo en casa, en agua, la importancia del contacto físico, del latido del corazón, de estar con el bebé piel con piel apenas nace. Descubrí cosas muy interesantes que me dan herramientas para el día de mañana que quiera ser mamá.

Tuve a las mujeres de mi vida, a mi mamá, a mi abuela, les estuve preguntando muchas cosas de cómo vivieron la maternidad, de cómo se siente el peso en la panza, cómo cambia tu postura, cómo caminas distinto y lleve todo eso a mi personaje”, detalló Goto.

En la historia, los personajes se contrastan, chocan, pero también se complementan. La sororidad se hace posible.

Yo tomaría la misma decisión que mi personaje, de vivir juntas. No me puedo ni imaginar entregar a la que crees que es tu hija y dársela a otra persona. Yo sí vería la manera de seguirla viendo toda mi vida, aunque no fuera mi hija biológica, porque ¡ya la tuviste cuatro meses! ¡Es tu hija!”, señaló Paleta.

Goto coincidió con su compañera que en una situación como la planteada, el vínculo de un recién nacido con su madre es fundamental.

Este contraste con el personaje de Ludwika, hace la serie muy divertida. Es mejor hacerlo juntas. La sororidad, hacer equipo, es una parte bien bonita de la historia. Está bien padre que las mujeres de ahora podamos ver productos así, series o películas, en el que las mujeres, si estamos unidas, podemos hacer cosas bien padres.

Ser rivales y compararnos no nos ha servido de nada. El cambio que hemos estado generando en los últimos años ha logrado cosas muy buenas para nosotras y para la sociedad”, concluyó.