CIUDAD DE MÉXICO.- Acuatro meses del incendio en la parroquia de la Santa Veracruz, considerada una de las joyas del barroco de la Ciudad de México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) sólo realizó acciones emergentes y no tiene fecha para arrancar los trabajos de restauración que acumula los daños por los sismos de 2017.

Aunque no hay plazos, sí tenemos un compromiso muy firme con la propia parroquia, la comunidad y las autoridades eclesiásticas para la restauración”, comenta a Excélsior Antonio Mondragón, director de Apoyo Técnico de la Coordinación de Monumentos del INAH.

Y asegura que en este mes podría estar listo el proyecto autorizado para su rescate, y que sería en febrero o marzo cuando podrían iniciar los trabajos de intervención.

¿Cuál será el plan?, se le cuestiona. “Primero necesitamos un proyecto de restauración. Ahorita, tenemos prefigurado el alcance de la intervención que se va a resarcir y atender los daños del incendio”.

Esto nos llevará algunos meses y una vez que tengamos ese proyecto comenzaremos o reanudaremos, porque ya se hicieron los trabajos de emergencia”, explica.

RESGUARDAN OBRA
Mondragón explica que los mayores daños en el inmueble histórico se concentran en el coro y sotocoro, en la cubierta de la nave, así como en la parte frontal del edificio y la torre del lado norte con sus dos cuerpos del campanario.

Entre las tareas emergentes, realizadas por el INAH y la empresa Tares, retiraron los materiales afectados y resguardaron sus bienes muebles y culturales en sus capillas laterales, desde cuadros y bancas hasta esculturas de caña y su archivo parroquial, que fue trasladado al Templo de San Juan de Dios, ubicado a un costado del Museo Franz Mayer, también afectado por los sismos de 2017.

Además, bloquearon los accesos al inmueble, “dado que seguían entrando personas ajenas al templo por las azoteas y se colocaron cercados en la parte superior, en las colindancias y se sustituyeron los apuntalamientos quemados”.

¿Qué otros objetos resguardan? “Todos los bienes artísticos, incluso candiles, incensarios e imágenes; se recogieron fragmentos de las yeserías del interior de la nave, que servirán como fuente de información para la restauración, y se recuperó la campana que había caído al interior de la torre norte”.

¿Se quemó alguna pintura de Miguel Cabrera? “Sí hay obra de Cabrera en el templo, pero está resguardada en una de las capillas laterales, y no sufrió daños.

Tengo entendido que alguna pintura que estaba a la entrada de la nave pudo tener alguna afectación por el aumento de temperatura y es parte de los cuadros que se revisa en restauración”.

¿Y el órgano? “Lamentablemente se perdió en su totalidad. Se recuperaron algunas piezas dañadas, pero son parte de la información aportada para una eventual restauración, reconstrucción o reintegración, en los términos que lo decida el INAH, pero sí fue una pérdida casi total del instrumento”.

¿Era antiguo? “No soy el especialista en la materia, pero por lo que nos han platicado los compañeros de restauración, era un órgano de los años 50 del siglo XX”.

Su particularidad es que fue fabricado en el sitio por un maestro organero mexicano, lo cual ya no es muy común. Así que Éste era un ejemplo de esa tradición y de ese oficio tan complejo”.

¿Cuándo iniciará el INAH los trámites para ejercer el dinero de la aseguradora? “A partir de este mes iniciaremos las gestiones administrativas para que comiencen a cubrirse pagos”.

FALLAN PILOTES
Los recursos del Fonden también servirán al INAH para atender un tema añejo en la Santa Veracruz: el sistema de pilotes de control, que no ha recibido mantenimiento oportuno.

El inmueble tiene un sistema de pilotes de control, al cual no se le había dado mantenimiento. Al menos, necesitamos un diagnóstico de cómo están funcionando y cuáles son sus requerimientos de ajuste y de algún trabajo complementario”, comenta Antonio Mondragón.

Ese proyecto de refuerzo de la cimentación nunca se concluyó en su momento”, comenta. “Pero son edificios que tienen un historial de intervenciones muy largo y difícilmente se podrían atender todas las necesidades en un solo momento, pero sí al menos tener el diagnóstico y, a partir de ello, tener algún plan a futuro”.

El refuerzo de la cimentación con pilotes de control es de finales de los años 70 y principios de los 80, aunque su revisión le correspondía a la Dirección de Sitios y Monumentos de la Secretaría de Cultura federal.

RECURSOS MIXTOS PARA LA OBRA

Los recursos para atender los daños por el incendio los aportará la aseguradora (Agroasemex).

La conciliación con la aseguradora concluyó hace tres semanas, dice Antonio Mondragón, “así que ya se puede decir con certeza que contaremos con ese recurso, y también el del Fonden” para cubrir las afectaciones del sismo de 2017.

Sin embargo, no quiso detallar ambos montos. “De inicio, el INAH ejercerá los recursos del seguro, “porque son los que se pueden aplicar de manera más ágil y con menos requisitos administrativos”.

Esto permitirá atender la parte frontal del edificio, la torre del lado norte con sus dos cuerpos de campanario, el coro y el sotocoro, la cubierta de la nave y los interiores.

Al mismo tiempo, dice, “tenemos que concluir el expediente para solicitar la aplicación de los recursos del Fonden, pero no los vamos a aplicar al mismo tiempo porque sería complicado administrativamente trabajar con dos fuentes de recursos”.

¿Los trabajos se realizarán por licitación? “Eso no está decidido porque tenemos que ver lo más conveniente para el INAH, para los procedimientos administrativos y actuar en el menor tiempo posible. No es algo que esté decidido y no es algo que decida yo, sino que tendríamos que discutirlo al interior de la institución”.