Una de las zonas golpeadas por el huracán Iota en Providencia.COLOMBIA PRESIDENCY / REUTERS

Hace veinte días, cuando el huracán Iota destruyó el 98% de la isla colombiana de Providencia, el presidente, Iván Duque, se desplazó hasta allá, hizo su programa de televisión diario desde el Archipiélago de San Andrés, llevó a decenas de funcionarios y prometió que en menos de cien días Providencia estaría reconstruida. La realidad es, de momento, otra y, según denunció la Defensoría del Pueblo, “hay personas que no están en albergues y se encuentran a la intemperie debido a la calidad de los plásticos y carpas que son arrastrados por los vientos”. El Gobierno instaló carpas de campaña para el contingente de funcionarios que llegaron a la isla y entregó 2.000 tiendas de campaña para quienes se quedaron sin casa, pero las lluvias de los últimos días las inundaron y causaron más angustia entre los isleños.

“Se necesitan carpas más decentes para albergarse y tejas para aquellos que tienen parte de sus casas en pie, pero se están mojando igual. Aunque han hecho lo imposible con la limpieza, han fallado mucho en solucionar el tema del techo que es algo básico para pensar en lo que viene”, dijo Juanita Ángel, propietaria de Cabañas de Agua Dulce, una posada hotelera de Providencia.
La recolección de escombros, que fue otra de las promesas de Duque, también va muy lenta. A la fecha han retirado 3.000 toneladas. Si bien los residentes agradecen el trabajo de la fuerza pública, con 120 policías y 1.100 miembros de la Armada, se quejan de que el Gobierno no dimensionó la cantidad de escombros. “¿Por qué a la carretera la limpian una y otra vez mientras nuestros patios y el interior de nuestras casas, devastadas por el viento y la lluvia, consumen nuestras fuerzas en la lucha por ponerles un mínimo de orden y condiciones de habitabilidad?”, escribió en el diario El Isleño Germán Márquez, biólogo y fundador del la organización Sea Land & Culture Old Providence Foundation (Prosealand).

La Gerente para la Reconstrucción de San Andrés y Providencia, Susana Correa, comenta a EL PAÍS que esperan 12.000 toneladas y admite que “será imposible tener lista la recolección para esta semana”. “No revisamos que había que bajar los escombros de las casas, ni pensábamos que iban a salir tantas toneladas, ya cambiamos la estrategia”, reconoció Correa, quien anunció que contrataron a 100 isleños para ayudar en la limpieza.

Después de la carta del Defensor del Pueblo, Carlos Camargo, que urge al Gobierno “a apoyar a la comunidad en la recuperación de las viviendas” y agilizar la adaptación de los techos, Correa aseguró que este miércoles comenzarán a cubrir con tejas las casas que quedaron con afectaciones leves y llevarán plásticos. ¿Por qué no hubo previsión?. Susana Correa dice que “sí se previó, pero era muy difícil hacer algo sin antes tener una caracterización”. Hoy saben que el 45% de las viviendas de la isla colapsaron, el 38% perdió sus cubiertas y un 13% quedó con afectaciones leves. “De nada servía poner tejas y que la casa se cayera”, dice Correa.

Aunque han pasado veinte días, el censo de la población- de 6.650 habitantes- aún no ha terminado y el Gobierno tampoco sabe cuántos de los pobladores, que se fueron a San Andrés tras la emergencia, han retornado a la Isla. En medio de la emergencia, se han presentado 61 casos de la covid-19 y un fallecido por la enfermedad.

La reconstrucción se ve lejana
Por esos tropiezos es que los residentes ven lejana la reconstrucción anunciada para comenzar este 10 de diciembre. “Acá no se ha dado una solución de emergencia. Si no agotamos la etapa humanitaria no podemos enfrentar la de reconstrucción”, dijo Amparo Antón, habitante de la isla. No se entiende- dijo- cómo cuando llegaron venezolanos a Cúcuta se hicieron refugios en tiempo récord y en la isla la respuesta no ha sido igual de efectiva. Su reclamo tiene un subtexto: para muchos habitantes de Providencia, que tienen su propia lengua, hay un abandono histórico por parte de Colombia y una mirada centralista que no contempla su cultura. Para ellos esto se evidenció con la propuesta de instalarles casas prefabricadas.

Pero Correa aseguró que aún no está definido el diseño de las viviendas y que se decidirá en concertación con los habitantes. “Solo trajimos tres casas para presentar estilos diferentes, pero habrá reuniones con constructores de la isla en los próximos días”, dijo la Gerente para la Reconstrucción de San Andrés y Providencia a este diario. Sin embargo, tampoco tienen una cifra de cuánto costará el proyecto porque cada ministerio debe presentar su presupuesto y aún no lo han consolidado.

En todo caso, según ella, “el pico” de reconstrucción de Providencia se hará entre enero y febrero, algo que para los isleños es una eternidad si es que continúan a la intemperie y con más lluvias como se ha denunciado.