CIUDA DE MÉXICO.- La NBA prepara el trono para el campeón en la era de la pandemia. Los afamados Lakers echan por delante su glamurosa historia de éxitos ante el Heat, que en la época más reciente ha pavimentado su propio camino de glorias.

Y el nuevo monarca erigirá su reinado en una duela sin más público que los familiares más cercanos de los jugadores. En el complejo de ESPN en Disney World se llegará al final de una historia que a mediados de marzo lucía muy poco probable de completarse cuando crecieron los contagios y muertes por el covid-19 y se tomó la decisión de suspender la fase regular.

Lakers y Heat fueron los equipos que mejor se adaptaron a las nuevas condiciones de una hermética burbuja que la NBA montó en Disney World para retomar la campaña con el éxito de no haber registrado ningún contagio por el nuevo coronavirus que ha causado graves estragos en el mundo.

LeBron James disputará su décima serie por el título con la motivación, tanto para él como el resto de los jugadores angelinos, de ganar la decimoséptima corona en su historia a unos meses del fatal accidente de helicóptero en el que pereció el exlaker Kobe Bryant, su hija Gigi, y otras nueve personas. Fue con Kobe en la duela que los Lakers alzaron por última ocasión el título en 2010.

El paso imperial del conjunto de oro y púrpura ha subido el ritmo conforme se acerca el momento del último acto. Superaron un mal cierre en sus ocho juegos de fase regular en la burbuja para apabullar a Blazers, Rockets y Nuggets en la postemporada. Ahora el Heat es último escollo.

En Miami no hay temor a los gigantes. El sorprendente quinto sembrado en el Este barrió a los Pacers antes de mandar un claro mensaje de su poderío al echar a los Bucks, el mejor equipo de la fase regular, y luego a los Celtics, el equipo más ganador en la historia.

Si del lado de los Lakers la figura de LeBron James, acompañado por el delantero Anthony Davis, acapara la atención, en Miami el trabajo de equipo luce más sólido con un grupo encabezado por Jimmy Butler, quien apostó por esta franquicia en el verano de 2019 para buscar trascender.

La NBA está lista para que a partir de hoy comience la serie de la que saldrá un nuevo campeón, uno especial al ser el primero en la era del confinamiento.

JAMES, UN JUGADOR DE ÉPOCA

LeBron James vuelve a alejarse de las sombras que minimizan su grandeza en la historia de la NBA con un décimo viaje a las finales.

Para James, estar en esta instancia se convirtió en una tradición que se rompió la campaña pasada. Pero en la segunda vestido de oro y púrpura acabó con un ayuno de seis años sin que la organización angelina clasificara a la postemporada. Ahora, de su mano, aspiran a compartir la cima de los máximos ganadores de títulos a los Celtics con 17.

La trayectoria de LeBron ha estado plagada de logros, pero fue hasta que se sumergió en la esfera del Heat que supo la fórmula para estar en un equipo que siempre peleara los títulos.

Su primer viaje a las finales fue en 2007 cuando apenas tenía 22 años y le tocó ser barrido por los Spurs, en sus primeros años con los Cavaliers.

A partir del 2011, cuando decidió ir a Miami, no falló en un viaje a las finales hasta el año pasado. Cuatro con el Heat (dos títulos) y cuatro con los Cavaliers (un título) robustecieron su legado con equipos en los que, como el Heat hizo con él, reclutó talento para jugar a su lado, cuando pidió la llegada de Kevin Love para su segunda etapa en Cleveland.

En esta campaña atípica disfrutó de la llegada de Anthony Davis, uno de los mejores jugadores de la liga, y con él los Lakers sumaron valiosos veteranos en contratos mínimos como Rajon Rondo y Dwight Howard. Era la calca de lo que Riley hizo una década antes para convertir al Heat en un equipo de época.

EL HEAT LUCE A DOS GENIOS

El golpe fue duro y seco. El sueño del Heat de construir una dinastía que conquistara títulos por raudales acabó cuando los Spurs les pasaron por encima en las finales de 2014, el preámbulo para que poco después LeBron James anunciara su partida de Miami para volver a Cleveland.

El plan que Pat Riley plasmó en 2010 convenciendo a James y a Chris Bosh de unirse a Dwyane Wade en el Sur de Florida les dejó cuatro viajes en fila a las series por el título, pero sólo el bicampeonato de 2012-2013 .

Ahora, seis años después de esos amargos momentos, Riley, como presidente del Heat, y el coach Erik Spoelstra -artífice desde el banquillo de esos viajes a las finales- tienen la oportunidad de cobrar revancha del desaire de James y mostrar que tienen un nuevo núcleo para pensar en formar una dinastía con Jimmy Butler como su insignia.

Riley ha sido el genio detrás de los máximos logros del Heat. Él tiene cinco décadas inmerso en la NBA, en la que ha sido monarca como jugador, entrenador y ejecutivo, mientras la franquicia apenas supera los 30 años de existencia. Gran parte de su gloria la vivió ganando cuatro títulos con los Lakers en los 80.

Spoelstra lo ha acompañado escribiendo sus propias planas doradas. Estas serán sus quintas Finales para ser uno de los coaches con más viajes a la serie por el título, después de haber comenzado su trayectoria como un analista de video en Miami cuando apenas tenía 24 años.

Ahora Riley y Spoelstra estarán frente a un enorme desafío ante su otrora estrella, James, quien faltó a su promesa de darle a la franquicia muchos títulos.