México no está apto para adoptar estímulos cuantitativos como lo han hecho las economías avanzadas y algunos países emergentes, debido a que es una economía pequeña y abierta, además de que se deben de monitorear los efectos de estos apoyos en las naciones que los han implementado, dijo la subgobernadora del Banco de México, Irene Espinosa.

“Todavía no estamos en un punto para escribir una receta respecto de si hace estímulo cuantitativo o no. Yo creo que en el caso de México —y esta es mi opinión personal— definitivamente no es una opción en este momento, y creo que debemos estar abiertos a ir viendo la evolución de lo que esto está significando en las demás economías, tanto avanzadas como emergentes”, indicó en un podcast organizado por Grupo Financiero Banorte.

Percepción de riesgo
Espinosa indicó que los activos en los mercados emergentes son considerados de riesgo, es por ello que en la crisis como la actual se da la salida masiva de capitales, y, si bien los estímulos han sido bien aceptados por los mercados, estos podrían incentivar una mayor salida de flujos, en caso de existir una mayor percepción de riesgo.

La subgobernadora dijo que “en el caso de los mercados emergentes, los activos se consideran más riesgosos, por eso en la época de crisis sucede lo contrario que en las economías avanzadas: los flujos son negativos y se van de estos mercados. Además, en estas economías emergentes las fluctuaciones en el tipo de cambio son más abruptas, están mucho más influidas por riesgos inflacionarios o por inestabilidad macroeconómica y, por lo tanto, todo esto genera un incremento en el riesgo-país. En este sentido, los estímulos cuantitativos pudieran eventualmente ser procíclicos y generar mayor volatilidad y mayor salida de flujos, si existe esta percepción de un mayor riesgo”.

La funcionaria añadió que, para que una economía opte por este tipo de medidas, es necesario, mas no suficiente, que se cuente con un banco central autónomo que tenga un régimen de tipo de cambio flexible y en donde las expectativas de inflación estén bien ancladas, como es el caso del Banco de México.

Por otra parte, Espinosa detalló que lo que más preocupa en esta crisis actual es la menor capacidad de crecimiento económico debido a la pérdida de empleos, además de la sostenibilidad de las finanzas públicas.

Resaltó que en el presente año la economía sufrirá una contracción abrupta, que, de acuerdo con la última encuesta de Citibanamex será de casi 10 por ciento, lo que impactará directamente en la deuda como porcentaje del PIB y la cual la funcionaria estima cerrará en casi el 60 por ciento, dato no visto desde la década de 1980.

“Al cierre de mayo se estima que la deuda alcance un nivel de alrededor del 53 por ciento, es decir, a pesar de no haber incrementado el endeudamiento público, la razón deuda/PIB ha venido creciendo y se espera que todavía para finales de este año continúe creciendo en niveles de alrededor del 60 por ciento, que son niveles que no habíamos visto prácticamente desde los años 80”, puntualizó.