Como siempre, dos o más versiones totalmente contradictorias del mismo origen y con los mismos recursos propagandísticos del más alto nivel de gobierno. Por un lado, el subsecretario Hugo López Gatell, quien, aplastado por la realidad, ofrece danza de cifras de contagiados y fallecimientos, siempre a la alta, a pesar del “aplanamiento de la curva”, con fechas cada vez más lejanas e inciertas sobre el fin de la pandemia y, llamando a tomar todas las precauciones; por el otro, la más alta “investidura” anunciando, triunfal, la doma de la pandemia, el inicio de una gira de supervisión de sus mega obras (el primer tramo del Tren Maya está suspendido por orden judicial) y, como colofón, su teatral y cuasi épico llamado a la ¡reconquista de la libertad!.
El encierro generalizado de la población, pero, sobre todo de millones de pobres sin ingresos y sin alimentos; de microempresarios obligados a cerrar sus negocios (brindan el 81% de empleo) condenados a verlos quebrar. Sobre todo, el zarpazo del hambre, gruñidero de tripas en carne propia y, peor, en los hijos; la seguridad de muerte por inanición, caso de seguir confinados en tales condiciones, contra la posibilidad, alta, pero posibilidad, de contagiarse y morir saliendo a “buscar la gorda”. Todo esto logró que una parte del pueblo tomara la machicuepa, aparente zafiedad oficial, como la salvación y, al promotor, como su salvador y liberador. Nuevo, aunque relativo (cada vez más) éxito del aparato de desinformación y confusionismo oficial. No es nuevo. Esa grotesca manipulación ha sido la constante, cada vez más visible, encuerada por la terca realidad y la crisis social, que contradice el discurso optimista y mentiroso del gobierno, en prácticamente todos los temas, lo cual, a su vez, lo obliga a seguir desinformando y manipulando por medio de mentiras descaradas, silencios calculados, enmascaramiento de datos y maquiavélicos eufemismos, algunos, como el presente, de humor negro.
En el caso que nos ocupa, el circo de contradicciones (verbales) diarias entre los López, oculta la debacle a la que llevaron al sistema de salud (ni una palabra); la negativa a adquirir, preventivamente, equipo de protección y medicamento para personal de salud y para atender a pacientes Covid y de toda enfermedad (silencio absoluto); el terco rechazo a realizar pruebas que permitieran un tratamiento y confinamiento programado y ordenado de la población; la necia y genocida negativa, en los hechos, a instrumentar un programa de apoyo alimentario y económico para el pueblo encerrado, sin empleo y con hambre; la negativa expresa para instrumentar un plan de reactivación económica. Esconder, principalmente que el desconfinamiento es por orden inapelable del capital norteamericano y mexicano, transferida por Trump al obsequioso y obediente “buen tipo”. Silencio, mentiras, eufemismos y amenazas, vil terrorismo institucional contra críticos y, sobre todo, contra organizaciones y demandantes de acciones correctivas y humanitarias del gobierno hacia el pueblo; sus jaguares ¡africanos! (de los ridículos que son capaces), la “conquista de la libertad”, sus maniobras distractoras, descalificadoras, se topan, repito, con una terca realidad que rebasa su teatro y verborrea: economía en barrena, y desempleo galopante, desde antes de la pandemia; a la fecha, 34,600 muertos por violencia en 2019 (¿alguna noticia?), a los que se suman 11,535 del primer cuatrimestre de 2020, del pueblo todos; fallecimientos de gente del pueblo, por cáncer y otras enfermedades “catastróficas”, ante la total incapacidad del promocionado y ahora oculto INSABI y, con todo y maquillaje oficial, ¡208,392! contagios confirmados y ¡25,779! decesos por Covid-19, en aumento sostenido, sobre todo a raíz de la “reconquista lopista de la libertad”, para vivir una nueva mortalidad envuelta en el eufemismo de “nueva normalidad”. El pueblo estamos muriendo En los hechos, pues, una verdadera crisis económica y social que rebasa al actual gobierno, lo cual parece importarle poco o nada.
Lo anterior contrasta con su atingencia en lo que sí le interesa: inicio del neoliberal T MEC; construcción de sus mega obras; concentración de recursos de fideicomisos “corruptos”; iniciativa para manejar recursos de los afores; iniciativa para concentrar todos los recursos federales, sin intervención del Congreso; reactivación de sus ataques ilegales contra organizaciones para atomizar, anticonstitucionalmente al pueblo; descalificación y anuncio de suplantación anticonstitucional de las funciones del INE.
Ante esto y como pregunta: ¿no se impone la necesidad de una alianza nacional que, legalmente dispute el poder al gobierno y su partido para reencausar la política económica y social hacia una patria más equitativa? Antorcha propone un proyecto de país, en el cual se instaure un régimen con base en cuatro ejes de desarrollo: pleno empleo, buenos salarios, política fiscal progresiva y redireccionamiento de gasto social. En eso estamos. En evitarlo, aunque sea ilegalmente, está el gobierno.
Acompaño está opinión con video-autorretrato de dos representantes de la cuarta. ATENTOS.