El primer ministro británico, Boris Johnson, de 55 años, y su novia, Carrie Symonds, de 32, han anunciado este miércoles el nacimiento de su primer hijo en un hospital de Londres.

Un portavoz de Downing Street precisó que tanto el bebé como la madre, exasesora de comunicación del Partido Conservador, se encuentran “muy bien”. La pareja agradece su atención “al equipo de maternidad” del servicio nacional de salud (NHS, por sus siglas en inglés). Johnson y Symonds anunciaron el embarazo el pasado febrero. Aunque nunca hubo una fecha oficial, los cálculos de los medios anticipaban el nacimiento para principios de junio, por lo que todo indica que el parto se ha adelantado.

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Se trata del sexto hijo de Johnson, quien ha concluido recientemente los trámites de divorcio de su esposa, Marina Wheeler, y anunció su intención de contraer matrimonio con su nueva pareja. Ambos residen en Downing Street, aunque Symonds decidió trasladarse a su apartamento londinense, donde permaneció en aislamiento, cuando desarrolló síntomas de la covid-19. Fue durante ese tiempo cuando se agravó el estado de salud de Johnson y fue ingresado en la unidad de cuidados intensivos.

El líder conservador ha regresado esta semana a su trabajo al frente del Gobierno tras recuperarse de la COVID-19, por la que fue hospitalizado el pasado 5 de abril y estuvo en cuidados intensivos, mientras el Reino Unido sigue en confinamiento para combatir la pandemia. Johnson debía acudir este miércoles a la Cámara de los Comunes, para mantener su primer enfrentamiento durante la sesión de control con el nuevo líder de la oposición, Keir Starmer. Se preveía un intercambio tenso, porque los laboristas reclaman cada vez con más insistencia al Gobierno que desvele sus planes para la desescalada. El Ejecutivo conservador británico, con mayoría absoluta parlamentaria, afronta críticas por su lentitud inicial en la gestión de la pandemia, así como por la escasez de equipamiento de protección para el sector sanitario y de pruebas diagnósticas para contener el virus.

Según los últimos datos del ministerio de Sanidad, difundidos el martes, las muertes por COVID-19 en hospitales británicos ascienden a 21.678, tras sumar 586 en 24 horas, si bien el número real se estima mucho mayor dado que este cálculo excluye decesos en residencias de ancianos y domicilios particulares.