Lady Gaga

Son tiempos de distopías y Lady Gaga ya tiene la suya. A diferencia de algunas conocidas por las películas y las novelas, la de la estrella del pop es una distopía llena de color donde la música y el baile se imponen a la violencia y la incomprensión que dominan el mundo. Eso se desprende de Stupid Love, la canción de adelanto del que será su nuevo disco, previsto para el 10 de abril y con el que la cantante estadounidense quiere volver a la primera línea del pop mundial, un lugar que le corresponde, más aún desde que adquirió mayor reconocimiento tras el bombazo que supuso su papel protagonista en la película Ha nacido una estrella.

El nuevo álbum se llamará Chromatica y, a priori, se trata de un título que anticipa un mundo futurista. Como suele ser habitual en el entorno de Lady Gaga y de las grandes estrellas del pop, apenas trasciende información hasta la salida del álbum, pero ya se sabe que será una especie de regreso a la música dance neoyorquina, pasada por el filtro contemporáneo y que contará con un buen plantel de productores al respecto, como Bloodpop, Max Martin, Tchami, Martin Joseph y Eli Rise. Gaga siempre ha sabido rodearse bien y más ahora que hay tanta expectación después de cuatro años desde que publicó su último álbum, Joanne.

En el videoclip del primer single, estrenado hace un par de semanas y que muestra un funk grueso de pista de baile, se puede ver a una Lady Gaga vestida con espectaculares trajes de colores, como si fuera una superheroína con poderes en un mundo como salido de la película Mad Max. Ella impone al final la paz en la lucha entre líderes de otras facciones en ese planeta desértico. ¿Algún mensaje encubierto? El propio nombre del disco, Chromatica, alude a los colores y Gaga parece interpretarlos como la diferencia entre cada uno de nosotros. La idea que parece desprender es que prima la diversidad. No es casual. Es una artista comprometida con las minorías y su activismo es muy conocido en el colectivo LGBT o desde su organización Born This Way contra el abuso a las mujeres. La compositora fue víctima de abusos al comienzo de su carrera.

Con Chromatica, Lady Gaga espera regresar con fuerza. Su nuevo disco coincidirá con los trabajos de otras superestrellas como Dua Lipa, Ariana Grande y Lizz. A raíz de las nuevas canciones publicadas por todas ellas, el resto parecen más frescas que ella en su canción recién estrenada, pero Gaga es mucha Gaga.

Icono de la música, la moda y la cultura popular de nuestro tiempo, vaya vestida de Armani o Valentino, la cantante y actriz se mueve en su propia dimensión. Atesora más de 81 millones de seguidores en Twitter, casi 40 millones en Instagram y una fortuna de 280 millones de euros. Su amigo Elton John es el que mejor la define: “Es como mi hija bastarda”. El falso parentesco al que se refiere el cantante, que pidió a Lady Gaga convertirse en madrina de sus dos hijos, está centrado en el gusto por la sed de triunfo y el amor por la farándula. Ninguna de las cosas le han abandonado en los últimos tiempos.

Desde que ganó el año pasado el Oscar a la mejor canción con Shallow, perteneciente a la película Ha nacido una estrella, la cantante no ha desaparecido nunca del todo, aunque intentase alejarse de los focos y se refugiase en Las Vegas para preparar su nuevo disco. Tuvo que pedir que la dejasen al margen de la separación del actor y director Bradley Cooper y la modelo Irina Shayk. Gaga y Cooper protagonizaron Ha nacido una estrella y ambos demostraron tener una química especial. Nunca la ocultaron, incluso en la gala de los Oscar de 2019 tocaron juntos al piano la canción por la que fueron premiados. Sin embargo, medios del corazón estadounidenses apuntaron que Cooper y Shayk se distanciaron durante el rodaje de la película en la que Gaga y el actor interpretaban a dos cantantes que se enamoraban perdidamente. Ante los rumores, Cooper tuvo que sentenciar: “Tengo una amiga para toda la vida”.

Mientras muchos buscaban conexiones para trazar esta relación, Gaga salió con Dan Horton, un ingeniero de sonido que suele trabajar con ella y con quien estuvo durante el verano, pero recientemente sorprendió a todos durante la celebración de la Super Bowl cuando apareció en público con su nueva pareja, que nada tiene que ver con el mundo de farándula pop. Su nombre es Michael Polansky, se trata de un inversor y empresario que se graduó en la prestigiosa Universidad de Harvard. Se dedica a las finanzas y la tecnología como consejero delegado del Grupo Parker, establecido en San Francisco, una firma que organiza las empresas y organizaciones benéficas de Sean Parker, uno de los fundadores de Facebook y el que fue primer presidente de la tecnológica cuando tenía 24 años. Polansky, desde su cargo, gestiona las distintas empresas que penden de ese grupo y también de tomar decisiones sobre ellas, tanto financieras como en el ámbito de la caridad o en sus intereses políticos. Lleva trabajando con Parker desde 2008. Gaga le conoció en una de las fiestas que Parker ofrece a menudo en su mansión de Los Ángeles.

Con la vida sentimental encaminada, ahora Gaga solo tiene un objetivo en mente: volver a la primera línea del pop con su nuevo disco.