Donald Trump ha sido discreto y ha preferido no opinar sobre las elecciones generales que se celebrarán en el Reino Unido. Y eso, de por sí, ha merecido un titular. “No tengo ninguna opinión al respecto. Van a ser unas elecciones muy importantes para este gran país, pero no tengo ninguna opinión al respecto”, ha respondido Trump a las insistentes preguntas de los periodistas en Winfield House, la residencia del embajador de Estados Unidos en Londres. El presidente visita Londres para participar en la cumbre de la OTAN que conmemora el 70º aniversario de la organización.

El equipo de campaña del candidato conservador, Boris Johnson, contiene la respiración ante la llegada de un incómodo aliado cuando quedan menos de dos semanas para que los ciudadanos acudan a las urnas. Una parte central del mensaje de la oposición laborista ha sido denunciar la supuesta actitud servil del Gobierno de Johnson hacia la Administración estadounidense. Corbyn no deja de acusar a su rival de perseguir un Brexit salvaje que le permita forjar una nueva relación comercial con Washington en la que, dice el laborista, los derechos de los trabajadores y de los consumidores se irían por la alcantarilla. Y sobre todo, le golpea insistentemente con la idea de que el Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés) pasaría a manos privadas y caería bajo las garras de las grandes aseguradoras médicas estadounidenses. “Aunque nos lo sirvieran en bandeja de plata [el NHS] no lo querríamos”, ha insistido este martes Trump, “porque no sabríamos qué hacer con él”.

El líder estadounidense no ha ocultado nunca su amistad y admiración hacia Boris Johnson .”Es un tipo excelente y hará un buen trabajo”, ha dicho, dando por sentado que seguirá al frente de Downing Street dentro de dos semanas. Sin embargo, Trump ha evitado repetir el desprecio que en otras ocasiones ha demostrado hacia el líder laborista. “Puedo trabajar con cualquiera”, ha respondido a la pregunta de si veía posible colaborar con él en el futuro si llega a ser primer ministro.

Van a ser 48 horas de Trump en Londres, y todo es posible. Algunos medios británicos aseguran que el equipo de Johnson le hizo llegar la sugerencia de que evitara comentarios sobre la campaña electoral que pudieran perjudicar al candidato conservador. “Me mantendré fuera de estas elecciones”, ha prometido el dignatario estadounidense, “aunque Boris está muy capacitado para el puesto”, ha insistido. El Gobierno británico intentará mantener a su aliado lo más alejado posible de cualquier protesta en la calle que pueda provocar su gatillo fácil en Twitter, y aunque habrá foto y encuentro con Johnson, no se prevé un rueda de prensa conjunta. Las carga el diablo.