En su debut frente al Parlamento Europeo, la líder de la institución dijo que realizarán una revisión sobre la situación en la zona bajo un 'análisis exhaustivo y mente abierta'.

Christine Lagarde dijo que el Banco Central Europeo (BCE) será “firme” a la hora de restaurar la estabilidad de precios de la zona euro bajo su presidencia e hizo hincapié en que una próxima revisión de la estrategia será amplia, a fin de incluir el cambio climático y la inflación.

“La postura política acomodaticia del BCE ha sido un impulsor clave de la demanda interna durante la recuperación, y esa postura permanece en su lugar”, indicó este lunes en su debut como líder del organismo ante el Parlamento Europeo. Celebrará su primera reunión de política monetaria en el BCE el 12 de diciembre.

Lagarde declaró que sería prematuro prejuzgar la revisión, y declinó decir cuánto tiempo llevará, señalando solo que “se guiará por dos principios: análisis exhaustivo y mente abierta”. Esto podría implicar ampliar la variedad de grupos y personas que aportan información.

Reconoció los efectos secundarios de la política ultrasuave del BCE y comentó que la revisión intentará comprender mejor cómo las tendencias a más largo plazo afectan lo que el Banco Central puede controlar.

La inflación aún no ha vuelto a la meta de “debajo, pero cerca de 2 por ciento”, a pesar de años de bombear liquidez al sistema financiero, y el propio BCE se ha preocupado cada vez más de que sus políticas puedan amenazar la estabilidad financiera. Eso provocó un aumento de los llamados de funcionarios y del predecesor de Lagarde, Mario Draghi, para obtener más apoyo fiscal de los gobiernos.

Muchas de las preguntas en la audiencia del parlamento se centraron en el cambio climático, un área donde el Banco Central se ha visto sometido a una presión creciente para desempeñar un rol más importante.

Bonos de contaminación
Sin embargo, el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, advirtió contra medidas duras como excluir los bonos de los contaminadores de la flexibilización cuantitativa, como propuso recientemente un grupo de activistas y académicos en una carta abierta a Lagarde.

Lagarde señaló que estaba de acuerdo con Weidmann, pero que eso no impide que el BCE busque incorporar el cambio climático en sus operaciones, su análisis económico y su supervisión de los bancos.

También reveló que se ha reunido con los autores de esa carta. Parte de la discusión se centró en cómo incluir a los grupos de la sociedad civil en la revisión, y también indicó que su prioridad era lograr que el Consejo de Gobierno se uniera, según una persona que asistió a la reunión y pidió no ser nombrada.

En la audiencia del Parlamento, Lagarde mencionó que si bien el mandato principal del BCE es la estabilidad de precios, el mandato secundario, de apoyar las políticas económicas generales de la Unión Europea, puede cubrir el cambio climático.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se ha comprometido a convertir a Europa en el primer continente climáticamente neutral en el mundo para 2050, y los partidos verdes lograron avances significativos en las recientes elecciones parlamentarias.

En la revisión, la primera desde 2003, los formuladores de políticas del BCE probablemente modificarán el objetivo de inflación, pero lucharán para ir mucho más allá de eso, según funcionarios con conocimiento del asunto.

Podría concluir con una meta de 2 por ciento, ya que algunos gobernadores temen que el objetivo actual, más vago, plantee el riesgo de dejar la inflación demasiado débil. Un cambio más radical para medir y lograr la estabilidad de precios es probablemente demasiado ambicioso, dijeron las personas, quienes pidieron no ser identificadas porque las discusiones son privadas.

Debemos “preguntarnos, esto es lo que se definió en 2003 y, en vista de todos los cambios que han tenido lugar, de las tendencias estructurales, si esa definición de estabilidad de precios, los objetivos que están enmarcando el mandato de estabilidad de precios, si todavía son válidos”, afirmó Lagarde.

“El BCE estaría decidido a optar por un objetivo de inflación más ambicioso y claro que podría elevar las expectativas de inflación en lugar de disminuirlas”, escribieron Nick Kounis y Aline Schuiling, economistas de ABN Amro Bank NV, en una nota. “Dicho esto, existe un gran desacuerdo en el Consejo de Gobierno sobre este tema, lo que podría limitar el progreso”.

Cuando se le pidió que pronosticara cuál sería la tasa de inflación dentro de ocho años, al final de su mandato, Lagarde objetó.

“No creo que nadie en su sano juicio se aventure a pronosticar cualquier número, ya sea crecimiento o inflación, de aquí a ocho años”, puntualizó.