El programa ‘Jóvenes Construyendo el Futuro’ (JCF) es una de las principales estrategias del presidente Andrés Manuel López Obrador para pacificar al país, una premisa que incluso inspiró la frase de campaña “becarios sí, sicarios no”, sin embargo, hasta ahora no es posible comprobar que ese programa ha coadyuvado a frenar el alza en la violencia, señalaron expertos consultados por El Financiero.

El programa que depende de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) cerró el registro de jóvenes becarios en agosto al asegurar que había llegado a la meta de vincular a 900 mil jóvenes de entre 18 y 29 años que no estudian ni trabajan en un centro laboral.

Luisa María Alcalde, titular de la STPS, ha dicho en diversos discursos que el programa “también es parte de una estrategia nacional para lograr pacificar al país, entendemos que los niveles de violencia que hay están vinculados a que durante mucho tiempo a los jóvenes se les dio la espalda y por eso el programa es tan importante”.

No obstante, los datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) muestran que no hay un cese en las cifras de incidencia delictiva, a pesar de que en este programa alcanzó su meta el 1 de agosto y permanecen vinculados a un centro de trabajo 782 mil 200 jóvenes hasta octubre.

Los datos del SNSP indican que la incidencia delictiva se situó en 174 mil 536 presuntos delitos del fuero común en julio, con un aumento anual de 7.1 por ciento. En los meses siguientes, hasta octubre, las cifras se mantienen al alza.

Suben víctimas

Según el Observatorio Nacional Ciudadano, el número de víctimas por homicidio doloso y feminicidio entre enero y julio de 2019 fue de 20 mil 698, cifra superior en 4.16 por ciento respecto a las víctimas registradas durante igual lapso de 2018 y se colocó como el periodo de mayor número desde hace por lo menos 5 años.

Francisco Rivas, director general del Observatorio, consideró positiva la existencia de programa de becarios, pero “no encontramos la lógica entre la dispersión de recursos de ese programa y su participación en disminuir la incidencia delictiva, no son programas de prevención de delito y no estamos convencidos de que vayan a tener algún efecto en disminuirlos”.

María Elena Morera, presidenta de Causa en Común, sostuvo que “no se puede demostrar un impacto de los programas sociales en el tema de seguridad; para que tuviera impacto deberían estar focalizados a los jóvenes que están riesgo y los programas son generales y no están acompañados de otras políticas”.

Eduardo Guerrero, director de Lantia Consultores, aseguró que “los programas sociales podrían tener impacto en reducir delitos callejeros como robo de vehículos o transeúntes, o violencia pandilleril, pero no tienen ningún tipo de impacto en delitos asociados a crimen organizado, en homicidios, extorsión o secuestro, estos delitos siguen estables y muestra de ellos es que en octubre aumentaron 10 por ciento en las ejecuciones”.