Tras el alza en el precio de la mezcla mexicana de exportación derivado del ataque a las instalaciones de la petrolera Saudi Aramco hace dos semanas, el crudo mexicano ha visto pérdidas superiores y más rápido a las registradas por el Brent y el West Texas Intemediate (WTI), los dos principales referentes en el mercado internacional.

De acuerdo con expertos, el motivo es la baja demanda del crudo pesado, principal componente de la mezcla que exporta Pemex.

Para Adrián Calcaneo, de IHS Markit, a nivel internacional la demanda por el crudo pesado —el que exporta México— ha disminuido gradualmente en vísperas a la entrada en vigor en 2020 de una regla de la Organización Marítima Internacional que prohibirá a las embarcaciones hacer uso de combustóleos con alto contenido de azufre.

“Estamos a tres meses (de que inicie), entonces poco a poco se está sintiendo la presión de que el crudo de alto contenido en azufre, el pesado, va a ser cada vez menos deseado en el mundo”, apuntó.

Así, el 16 de septiembre pasado —el primer día de cotizaciones tras los ataques— la mezcla mexicana se cotizó en 65.83 dólares por barril, un aumento de 16 por ciento respecto a su cierre anterior.

En contraste, al cierre de este jueves ésta vio una baja de 22.8 por ciento en comparación con su cotización tras los ataques en Arabia Saudita al cerrar en 50.83 dólares, mientras que el WTI y el Brent perdieron 16.51 y 16.1 por ciento, respectivamente.

“Estamos hablando que la mezcla mexicana es pesada, el crudo pesado normalmente cotiza por debajo de las mezclas ligeras. Todo lo que habían ganado lo perdieron en menos de 15 días”, comentó Ana Azuara, analista de Banco Base.

Alejandro Saldaña Brito, gerente de análisis económico de Ve por Más, explicó que en los últimos días se ha visto una caída adicional “por un creciente temor de que la economía global pudiera desacelerarse”.