Vista aérea del aeropuerto Ben Gurion en Tel Aviv. VALERY SHARIFULIN TASS VIA GETTY IMAGES

La censura militar de Israel no ha tenido más remedio que autorizar la publicación de las informaciones que responsabilizan a Rusia de las perturbaciones técnicas que sufren desde hace tres semanas los aviones que aterrizan en el aeropuerto de Tel Aviv. La Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos de Líneas Aéreas dio cuenta el martes de que numerosos aviones habían perdido la señal GPS cuando se aproximaban a las pistas de Ben Gurion. Altos responsables de los servicios de seguridad han atribuido las alteraciones de la señal del navegador a las medidas de guerra electrónica que utiliza el Ejército ruso para proteger a su cazas en Siria. Moscú lo niega todo. “Son noticias falsas que no hay que tomar en serio”, replicó la Embajada rusa en Tel Aviv.

La Asociación de Pilotos de Israel considera que el sistema GPS ha sufrido un ataque de spoofing, una modificación de la señal que refleja datos incorrectos de localización de los aviones, que pueden representar varios kilómetros de diferencia sobre su posición real. En una intervención en la Radio del Ejército, el general Amos Yadlin, exjefe de la Fuerza Aérea, sugirió que las perturbaciones registradas pueden deberse a los “daños colaterales de una una ciberguerra en la región”. Fuentes de defensa israelíes han revelado al diario Haaretz que las alteraciones pueden proceder de un barco ruso que navega por el Mediterráneo.

La Autoridad de Aeropuertos de Israel se ha apresurado a señalar que la pérdida de datos de navegación “no ha tenido un impacto significativo en las operaciones aéreas”, ya que los pilotos han utilizado medios técnicos alternativos como el ILS, siglas en inglés de Sistema de Aterrizaje por Instrumentos. El Gobierno de Israel asegura que “se han adoptado medidas para garantizar la seguridad de aterrizajes y despegues”. Los vuelos que entran en el espacio aéreo israelí reciben ahora la notificación de apagar sus sistemas GPS y utilizar instrumentos alternativos de navegación. Los controladores aéreos advierten a los comandantes de las aeronaves civiles de que no se fíen de los datos del navegador en las aproximaciones a las pistas de Tel Aviv.

La aviación de combate rusa concentra la mayor parte de las operaciones en apoyo del régimen sirio en la base de Hmeimin, situada en la costa noroccidental del país árabe, 350 kilómetros al norte de las pistas del aeropuerto internacional Ben Gurion. Rusia ha sido acusada repetidas veces de causar interferencias en los sistemas GPS, según un reciente informe del Centro para la Defensa Avanzada de EE UU citado por la BBC que implica a las fuerzas y servicios de Moscú en más de 10.000 incidentes de perturbaciones de sistema de navegación por satélite. Los medios de protección electrónica se activan para impedir la presencia de drones enemigos en las inmediaciones de las bases militares.

Las autoridades israelíes aseguran estar trabajando para solucionar las perturbaciones técnicas, que en principio no afectan a los sistemas de navegación terrestres ni a las operaciones de las Fuerzas Armadas. La Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos de Líneas Aéreas destaca que existe un “riesgo potencial” y ha alertado a las tripulantes de los aviones que operan sobre Israel para que “presten especial atención (a la localización de la aeronave) y activen procedimientos alternativos de navegación en caso de necesidad”. Especialistas en ciberseguridad israelíes tampoco descartan, según Haaretz, que el origen del problema se encuentre en “un operador no malicioso que estaría alterando dentro de Israel la señal GPS de forma inintencionada y sin ser consciente de las consecuencias”.

En una inusual cita a tres bandas, el consejero de seguridad nacional de Estados Unidos, John Bolton, se reunió el martes en Jerusalén con el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolai Patrushev, ante el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para analizar la crisis desatada con Irán y la situación en Siria. Un alto cargo de los servicios de seguridad de Israel ha viajado a un país europeo no identificado –según ha permitido anunciar la censura militar a la Radio del Ejército– para analizar con responsables estadounidenses la forma de poner fin a las perturbaciones técnicas que afectan a los vuelos en el aeropuerto de Tel Aviv, la principal puerta de entrada al Estado Judío