Boris Johnson, a su llegada este miércoles al Parlamento del Reino Unido PETER SUMMERS GETTY IMAGES

Se acabaron las bromas. El equipo de campaña de Boris Johnson ha percibido las dudas generadas en los últimos días, por el discurso y el comportamiento errático del candidato, entre las bases conservadoras. Y han pasado a la acción para intentar enderezar el rumbo. El exalcalde de Londres ha afinado su discurso y se ha puesto en manos de profesionales. Esta última fase de las primarias del partido, que concluyen el próximo 22 de julio, va dirigida a los afiliados, a los que deben convencer de que Johnson tiene lo que hace falta para ser primer ministro.

El primer movimiento ha sido para salir del letargo intencionado, del bajo perfil desde el que Johnson pretendía llegar a la meta sin pisar charcos. En una ronda de entrevistas de las últimas horas, ha lanzado un mensaje más duro sobre sus intenciones respecto al Brexit. Ya no hay dudas ni ambigüedades. El Reino Unido, ha asegurado, abandonará la UE el próximo 31 de octubre, “a vida o muerte. Venga lo que venga después” (Do or die. Come what may, en la expresión inglesa que han recogido las cabeceras de los principales diarios). El altercado violento del fin de semana entre el candidato y su novia, Carry Sysmonds, que llevó a la policía hasta las puertas del apartamento que comparten en el sur de Londres, había resucitado las dudas sobre la templanza del político para ocupar el puesto de primer ministro. Con un nuevo mensaje firme respecto al Brexit, Johnson intenta recordar a los euroescépticos que sigue siendo el favorito entre todos aquellos afiliados que han apostado por él para cumplir con el resultado del referéndum de 2016.

Hasta ahora, sin embargo, el candidato se ha limitado a asegurar que la “nueva energía positiva” que traerá su elección convencerá a la UE para renegociar el Acuerdo de Retirada, porque también a Bruselas le interesa evitar un Brexit sin acuerdo. Un grupo de conservadores moderados, sin embargo, ya han comenzado a esgrimir la amenaza de una moción de censura, para evitar una salida drástica que ha sido rechazada mayoritariamente por el Parlamento. “Sus planes tienen más posibilidades, de cumplirse, de precipitar unas elecciones generales antes que de ejecutar el Brexit. Y acabaremos dándole las llaves del poder a Jeremy Corbyn [líder del Partido Laborista] y sin tener ningún tipo de Brexit”, ha dicho Jeremy Hunt, el rival de Johnson en las primarias.

La primera ministra, Theresa May, que este miércoles en el Parlamento ha salido en defensa de los méritos de Johnson y Hunt frente a las críticas de la oposición, tiene intención de comparecer por útlima vez en Westminster el próximo día 24 de julio. Será en esa misma jornada cuando el nuevo primer ministro tome posesión de su cargo. Surge la sospecha de que el día elegido (24 horas antes de que comience el receso parlamentario de verano) serviría así para cerrar las vías de una moción de censura antes del periodo vacacional, y dar cierto respiro al recién elegido.

Un equipo más profesional
El todavía favorito en las encuestas ha prescindido del grupo de diputados euroescépticos que le ayudaron en la primera fase de la campaña, cuando se trataba de lograr los votos de diputados conservadores, y se ha puesto en manos de un puñado de profesionales que han demostrado su eficacia a la hora de ganar elecciones. Como director de la campaña, ha elegido a Ian Duncan Smith, exlíder del Partido Conservador, gran conocedor de los entresijos de la formación y con gran influencia en el potente grupo de euroescépticos que apostaron por Johnson en un principio. Su cometido principal será calmarles, y mantener entre ellos la convicción, a pesar de los bandazos iniciales en algunas declaraciones, de que será el primer ministro que saque definitivamente al Reino Unido de la UE.

Mark Fullbrook, un experto asesor electoral, conoce al detalle los mecanismos internos del Partido Conservador y las inclinaciones y distribución territorial de sus 160.000 afiliados. Saltó a la fama en 1992 cuando desarrolló una estrategia de campaña, distrito por distrito, que obtuvo para John Major una victoria con la que nadie contaba.

Finalmente, Carry Sysmonds. Es la actual novia de Johnson. Más allá de la frivolidad del altercado del pasado fin de semana, cuando los vecinos acabaron llamando a la policía por los gritos de la pareja, Sysmonds, de 31 años, ha trabajado durante ocho años en puestos de comunicación y asesoramiento para la formación conservadora. A ella se atribuyen muchas de las mejoras en la estrategia de redes sociales del partido. No tendrá un puesto formal en la campaña de Johnson, pero a nadie se le escapa la influencia que ha tenido a la hora de refinar y adecentar la imagen atrabiliaria y tosca del candidato.