Para el colega y amigo Dr. i. c. Octavio Raziel García, con la certeza de que tendrá buenas noticias este fin de semana

Hace 500 años México-Tenochtitlan sucumbió ante los invasores españoles quienes, prácticamente desde un principio, impusieron su idioma y es el que en la actualidad hablamos con orgullo la casi totalidad de los mexicanos aunque en las escuelas se esmeren más en enseñar a los niños el inglés.

Pero, como si se tratara de una ironía o una revancha, medio milenio después de que se implantó aquí ese idioma, la que sufre es la Academia Mexicana de la Lengua pues, por el hallazgo de vestigios de aquellos aztecas sometidos entonces, no ha podido edificar su nueva sede en un predio de Coyoacán, Ciudad de México, que fue propiedad de Miguel Ángel de Quevedo.

El proyecto dio inicio hace seis años cuando el poeta Jaime Labastida presidió la Academia, y lo heredó al actual dirigente Gonzalo Celorio con mayores dificultades pues, aparte de las complicaciones burocráticas para construir, están las restricciones presupuestales del gobierno.

En 2018 Labastida dijo al diario Excélsior que estaba “harto y molesto” por esa situación, y ahora para Celorio parece “una novela kafkiana” dado que, mientras los arqueólogos se dan un banquete con los hallazgos, los académicos ven todavía lejano el inicio de la edificación de su nueva sede.

Fue Labastida, por cierto, quien al inicio de su gestión al frente de la Academia se propuso promover una reforma constitucional -que no prosperó- para declarar como idioma oficial de México al español, ya que no lo ha sido nunca.

La idea del académico era retomar la iniciativa rechazada por el Congreso en 1824 y cancelada ya en el siglo XXI, cuando la ley concedió iguales derechos como lenguas nacionales tanto al español como a las muchas habladas por las minorías étnicas del país.

Sin embargo, así como hay defensores de los animales, del medio ambiente, de las mujeres y de tantas otras causas, en México existió una Comisión para la Defensa del Idioma Español que fue creada por el secretario de Educación Pública Fernando Solana durante la presidencia de José López Portillo.

Sólo existió en ese sexenio y luego la suprimió Miguel de la Madrid quien, pese a ello, después fue por dos sexenios editor de libros en español, es decir, director del Fondo de Cultura Económica y, además, era vecino del predio con dificultades para levantar la sede la Academia Mexicana de la Lengua.

Un ensayo de Luis Fernando Lara, de El Colegio de México, dice que Solana tenía desde 1980 la idea de revisar los antecedentes legales para hacer del español el idioma oficial de México, y que en una charla con la periodista Margarita Michelena, ésta le sugirió crear al margen de la Academia el organismo que finalmente llegó a ser la mencionada Comisión.

Al frente de la misma quedó como secretario técnico Héctor Manuel Ezeta, quien posteriormente fue director de la agencia mexicana de noticias Notimex, donde tanto sus antecesores como sus sucesores en ese cargo tuvieron el empeño de contar con manuales de estilo que atendieran el buen uso del idioma.

Entre ellos estuvo el periodista Sergio Uzeta Murcio, a quien correspondió ser el primer director de Notimex una vez convertida en Agencia de Noticias del Estado Mexicano, y una de sus primeras decisiones fue participar en la Fundación del Español Urgente (Fundéu).

Dice este tecleador en su obra La imagen ‘sexenal’ de México en el mundo, que Notimex ingresó el 11 de enero de 2008 a la Fundación del Español Urgente México, AC (Fundéu-México, filial de la de España). Así lo había acordado antes Uzeta con el presidente de la Academia Mexicana de la Lengua, José Moreno de Alba, y el hasta entonces director ejecutivo de la Fundéu, Manuel Fuentes.

La junta de gobierno de Notimex le autorizó una aportación inicial a la Fundéu de hasta siete millones de pesos y Uzeta fue elegido director en reemplazo de Fuentes. El 12 de febrero del mismo año también se adhirió a la Declaración de Madrid firmada tres años antes por diversos medios de comunicación, y cuyo compromiso era hacer del Diccionario panhispánico de dudas una herramienta de consulta habitual.

En esa oportunidad se anunció que Notimex se convertiría en una de las principales fuentes de financiamiento de la fundación, y Uzeta asistió al tercer seminario de la lengua de Fundéu-BBVA, que trató sobre ‘El español de los jóvenes’ y tuvo lugar en San Millán de la Cogolla (La Rioja, España).

Del monasterio de ese lugar, como se sabe, procede el texto más antiguo conocido en castellano, el Códice Emilianense, escrito en latín pero con anotaciones entre líneas y al margen hechas por un monje copista en la lengua que llegaría a ser el idioma español.

Por cierto, quien también fue directivo de una agencia de noticias, en este caso Alex Grijelmo, de Efe, ha escrito muchos libros sobre el tema del lenguaje, entre ellos un cuyo título es toda una proclama: Defensa apasionada del idioma español.

En cuanto a la Fundéu México, la junta de gobierno de Notimex negó posteriormente haber autorizado los siete millones y Uzeta, si bien terminó su periodo en el cual tardaron más de un año en comenzar a pagarle su salario, al final por esa y otras situaciones fue inhabilitado para ocupar cargos públicos.

Se lo avisaron en español.