Hace tiempo que Argentina juega contra Argentina. Autodestructiva, sin orden en los despachos, solo encomendada al talento de Messi, empecinado en ganar un título con la Albiceleste. Al 10 le cuesta que lo ayuden sus compañeros, ni hablar de Scaloni. Pero por esas cosas raras de la pelota, ese fútbol sudamericano que no regala juego pero sí emoción, la Argentina de Messi se llevó una vida extra en la Copa América. En un partido cambiante, a ratos gustoso, en otros indigerible, Paraguay y Argentina firmaron tablas en el Mineirao. Messi se aprovechó del VAR para firmar de penalti el empate de Argentina, rescatada por su portero, que se lució desde los 12 pasos frente a Derlis González.