Carlos Salinas, durante la entrevista para 1994. HANS MAXIMO MUSIELIK NETFLIX

El documental 1994 y hace dos meses la serie Colosio –ambas de Netflix– han creado otro escenario de interpretación del asesinato del candidato del PRI a la presidencia en 1994. Y buena parte de las pruebas documentales merecen hoy otra lectura ya sin compromisos, presiones o interpretaciones sesgadas.

Del material revisado en las tres últimas columnas de Indicador Político se extraen algunas conclusiones:

1.- Los cuatro fiscales del caso, desde su inicio hasta su sobreseimiento, fueron designados por el presidente Salinas de Gortari y por tanto carecieron de autonomía para investigar. Los cuatro –Miguel Montes, Olga Islas, Pablo Chapa Bezanilla y Luis Raúl González Pérez– llegaron con la consigna de apuntalar la tesis del asesino solitario.

2.-. El fiscal Miguel Montes tergiversó el caso y le hizo perder credibilidad: primero afirmó que había sido una acción concertada y luego se desdijo y afirmó que se había tratado de un asesino solitario.

3.- Salinas de Gortari había escogido a Colosio como candidato del PRI a la presidencia y por tanto su sucesor, por encima de su relación y compromisos con Manuel Camacho Solís.

4.- El factor de decisión de la nominación fue la continuidad triple del modelo neoliberal de desarrollo: personal, de proyecto y de grupo.

5.- Colosio había sido cincelado por Salinas desde que apareció en 1979 como economista del montón en la Secretaría de Programación y Presupuesto a la llegada de De la Madrid y Salinas a mediados de ese año. Salinas lo hizo todo: economista de cabecera, director de área, director general, diputado encargado de la comisión de Programación, senador, coordinador de la campaña presidencial de Salinas, presidente nacional del PRI, secretario de Desarrollo Social y, de manera natural, candidato a la presidencia para el sexenio 1994-2000.

6.- Camacho, que tenía un pacto de sucesión con Salinas, nunca se sometió al proyecto político-económico de Salinas y se convirtió en el adversario de todo el gabinete presidencial. Por tanto, Camacho no garantizaba ninguna de las tres condiciones de sucesión. El día del destape de Colosio, Camacho se negó a visitarlo en su oficina para felicitarlo. Salinas tuvo que acudir a las amenazas para obligar a Camacho aceptar la cancillería.

7.- Salinas siempre vio a Colosio como un subordinado con poca capacidad. Por tanto, una interpretación sugiere que lo escogió precisamente por débil, de tal manera que Salinas fungiera como el jefe político del salinato transexenal.

8.- Al asumir la candidatura, Colosio trató de construir una autonomía relativa de Salinas, pero con dificultades porque Salinas y Córdoba le impusieron la cuña de Ernesto Zedillo como jefe de campaña. Zedillo le reportaba de manera directa a Córdoba, su verdadero jefe político.

9.- La relación Salinas-Colosio se terminó con el discurso del 6 de marzo, como lo reveló Córdoba en su debate con diputados del PRD. En el discurso Colosio dejó muy claro que terminaba el corto periodo del neoliberalismo y regresaba al PRI al periodo del viejo populismo social.

10.- El punto de hartazgo de Salinas respecto a Colosio fue el pacto político sellado por Colosio con Camacho: declarar su apoyo al candidato, a cambio de la Secretaría de Gobernación para Camacho y su proyecto de reforma democrática. Salinas quería una continuidad neoliberal sin sombras sociales ni políticas.

11.- El 22 de marzo por la mañana Colosio leyó un boletín de prensa para saludar el apoyo de Camacho a su candidatura y anunciar colaboraciones de fondo. Fuentes camachistas han confirmado que después de que colosio le leyó a Camacho el boletín, el ex regente dijo: “Donaldo, bájale de elogios, porque si no nos van a romper la madre a los dos”. Horas después del anuncio del pacto Colosio-Camacho, el candidato fue asesinado en Lomas Taurinas.

12.- El 19 de marzo Zedillo como jefe de campaña de Colosio le había escrito a su candidato una carta para aconsejarle que hiciera una alianza y un pacto con el presidente Salinas. La carta, por cierto, fue entregada en propia mano al regreso de una gira del candidato, pero Colosio la guardó de inmediato y la leyó mucho más tarde. Colosio prefirió pactar con Camacho y no con Salinas.

13.- Las relaciones de Colosio con Zedillo eran malas porque lo consideraba una cuña de Salinas y Córdoba. A su regreso de Lomas Taurinas, Colosio iba a hacer cambios en su equipo de campaña y Zedillo sería designado jefe del Departamento del Distrito Federal para poner en su lugar a un colosista de confianza.

14.- El asesino Aburto hizo una confesión sin seriedad jurídica y fue tomada por cierta. Nunca aceptó ni probó su condición de asesino.

15.- Días antes de su asesinato, José Francisco Ruiz Massieu preguntó a amigos de confianza dónde podría instrumentarse una transición a la democracia: el Congreso o Gobernación. Por tanto, iba a ser el secretario de Gobernación de Zedillo para la reforma política que Colosio y Camacho habían anunciado. Pero Ruiz Massieu también fue asesinado.

16.- Así que el caso Colosio sigue abierto. Y Salinas aparece en el centro de la tesis del crimen del poder.

Política para dummies: La política permite barrer la basura debajo de la alfombra, pero suele reaparecer cuando menos se espera.

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