Jeff Bezos y su padre, Mike Bezos, en la inauguración de la Estatua de la Libertad, el miércoles 15 de mayo. En vídeo, la historia de la familia Bezos. EVAN AGOSTINI (AP) | AMAZON

Si los países son un crisol de culturas que les han ido dando forma a lo largo de los años, el caso de Estados Unidos es aún más llamativo. La nación norteamericana está fundada por inmigrantes, refugiados y desplazados de decenas de puntos del planeta, que la han convertido en lo que es hoy, una mezcla de gran riqueza. A esa amalgama de orígenes no son ajenos algunos de sus magnates, como Jeff Bezos, el fundador de Amazon, dueño del diario The Washington Post y hombre más rico del mundo.

Bezos ha querido rendir homenaje a sus orígenes en un pequeño cortometraje de algo más de tres minutos que se puede ver en el blog corporativo de su compañía y que, además, ha tuiteado en su cuenta, con cerca de un millón de seguidores. El motivo principal es contar la historia de su padre, Mike Bezos, inmigrante llegado a Estados Unidos hace más de medio siglo. “El viaje de mi padre hasta Estados Unidos muestra cómo la gente se une para ayudarse”, escribía el jueves el fundador de Amazon.

“Tuvimos oportunidad de rendirle homenaje anoche en la apertura del nuevo museo de la Estatua de la Libertad”, decía en el mismo tuit. Dicho museo se inauguró la noche del miércoles con la presencia de Hillary Clinton, Oprah Winfrey, Diane Von Furstenberg y el propio Bezos, que hizo un brindis con su padre. El museo está abierto a los visitantes desde este jueves. Allí se puede conocer la historia de los migrantes que llegaban a Nueva York y se pueden observar réplicas de piezas de la torre o su antorcha original.

“Como refugiado, cuando te vas, siempre piensas que puedes volver”, arranca el padre del magnate en el vídeo. “Mi nombre es Miguel Ángel Bezos y nací en Cuba”, explica, mirando a cámara, mientras se mezcla su imagen con otras históricas, fotografías de su infancia, de sus documentos y escasas posesiones o de su isla de origen.

“Mi padre sólo tenía 16 años cuando llegó a Estados Unidos y no con su familia, sino él solo. Me resulta difícil imaginármelo”, reflexiona Jeff Bezos. “Pero sus padres lo mandaron aquí porque bajo el mandato de Fidel Castro sintieron que tenían que hacerlo, que protegerlo. Por suerte le consiguieron un visado. Sus padres poseían un aserradero y el gobierno se lo había expropiado. Estaban nacionalizando negocios y todo estaba cambiando”, relata.

Bezos padre recuerda cómo aquel aserradero fue la última oportunidad de sus padres de “emprender un negocio propio”. Luego, todo cambió. “Mis padres no tenían permiso para acompañarme al aeropuerto, así que me dejaron solo, cogí un avión y aterricé en Miami 45 minutos después. Recuerdo que todo el mundo en el avión empezó a aplaudir. Yo tenía un pasaporte prácticamente vacío. Solo tenía un sello. Solo podíamos llevar tres cosas de cada. Tres camisas, tres pantalones, tres mudas de ropa interior… y solo un par de zapatos”.

Una de las cosas que el joven Miguel Ángel pudo llevarse a su nueva vida fue el regalo que le hizo su madre. “Algo especial para el viaje, algo que conservamos”, cuenta hoy su hijo. “Mi madre se las apañó para conseguir paños de limpieza, y con ellos y algo de material de punto y, con la ayuda de mi hermana mayor, hizo un abrigo. En su cabeza, yo necesitaba un abrigo grueso. No me lo quitaron y pude llevármelo”, rememora, mostrando imágenes de aquella gorda chaqueta gris.

Tras llegar a Miami, el padre del empresario estuvo durante “unas tres semanas” en un campo de refugiados llamado Camp Matacumbe. Más tarde, cursó la educación secundaria en Wilmington, Delaware. “No sabía hablar inglés. Solo era un chaval de Cuba y tenía que apañárselas como fuera”, cuenta hoy su hijo. Bezos padre relata que cuando estás inmerso en un idioma, lo aprendes muy rápido. “Mis notas mejoraban semestre a semestre y todo se debía a poder hablar y comprender. Acabé logrando una beca universitaria en Alburquerque, Nuevo México, y eso que entonces apenas sabía dónde estaba Alburquerque”, reconoce. Una vez allí, conoció a la que luego sería su esposa. “Ahí es donde conoció a mi madre y comenzó realmente nuestra historia familiar. De niño, recuerdo cómo tenía un acento mucho más pronunciado”, narra Jeff Bezos.

Cuando Miguel Ángel Bezos conoció a Jackyln Jorgensen, ella ya había sido madre de Jeff. Él es, en realidad, hijo de Jacklyn —que le tuvo con apenas 17 años— y Ted Jorgensen. Sus padres se separaron cuando él era casi un bebé y poco después su madre conoció a Miguel Ángel Bezos, con quien se casó en 1968, cuando el pequeño tenía cuatro años. Él, inmediatamente, adoptó al pequeño, que entonces cambió el apellido. El magnate no ha mantenido relación con su padre biológico y en más de una ocasión ha dicho que su padrastro es, para él, su verdadero padre.

De ahí que ahora quiera rendirle homenaje. “La historia de mi padre demuestra que la gente realmente se ayuda. Él tuvo mucho coraje, determinación y a mucha gente amable y que le apoyó, que le guió en el camino”. Como el propio Mike Bezos explica, su historia “es realmente increíble”: “Si echo la vista atrás en mi vida, viví el sueño americano hace 30 años. Es algo que no es de este mundo”.