Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.

“México tiene cifras de muertes violentas propias de un país en guerra: 252 mil 538 desde 2006”, reconoció la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, al finalizar su visita oficial a México.

“Fue una sorpresa lo que he me llevado. Sin duda, el caso Ayotzinapa lo conocía. Pero el número de 40,000 desaparecidos o los 26,000 cuerpos sin identificar o las casi 10 mujeres asesinadas cada día… Yo sabía de la violencia sin duda, eso lo sabía muy bien, pero no tenía impresión de la dimensión de estos casos de violaciones de derechos humanos”, aceptó en una conferencia de prensa.

“El gobierno actual hereda una situación de extrema violencia, pero tanto él como todas las autoridades con las que he hablado se han comprometido a hacer lo necesario para revertirla”, aseguró.

Bachelet afirmó que estos cinco días de intenso trabajo en México encontró una coincidencia entre todos los actores con los que dialogó: “Han reconocido que México tiene una crisis”.

Afirmó que México vive un momento crucial: “Es un momento de transformación y de oportunidades que se ha abierto desde la llegada al poder del nuevo gobierno. El presidente Lòpez Obrador ha expresado su voluntad de implementar un cambio de paradigma: uno que asume la centralizada de los derechos humanos. Yo no sólo reconozco esta determinación, sino que muestro mi voluntad y la de mi Oficina en México de apoyarla”.

“La búsqueda de la verdad debe acompañarse de la consecución de la justicia. Las heridas si no están limpias no se curan. Las heridas abiertas del pasado y que perduran en el presente, necesitan verdad, justicia, reparación y medidas de no repetición. La sanación no será producto del tiempo, será fruto de la materialización de resultados concretos. Me agrada saber que el gobierno también lo cree y está dispuesto a caminar junto a las familias y abierto a recibir la asistencia internacional”, expuso.

La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos dijo que al reunirse con familias de víctimas de desaparecidos se encontró con los mismos “gritos, las mismas peticiones de verdad y justicia, las mismas canciones” que en Chile con las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet.

“Fue también traerme de vuelta esos dolores, eso que me tocó vivir en mi país”, recalcó. “Fue emocionalmente muy fuerte. Fue escuchar un dolor que no era desconocido para mí. Era como volver a una parte de mi historia y mirar desde mi cargo actual cómo yo puedo apoyar a que el país avance”, abundó.

“Pero por otro lado también en mi país pudimos avanzar, en todas las líneas que ustedes tienen como desafío, en las líneas de la justicia, de la verdad, de hacer mecanismos que permitan las garantías de no repetición”, añadió.

Bachelet destacó que el acuerdo que se firmó este martes con el gobierno de México para dar acompañamiento a la implementación de la Guardia Nacional tiene un componente educativo, “porque más allá lo que es clave en cualquier estructura de seguridad es el paradigma que se sigue”.

“La oficina no dudará en alertar si ve que hay cualquier tipo de situación que no corresponda al espíritu de lo que se busca y al espíritu del acuerdo”.

“Nuestra tarea es apoyar pero también alertar si las cosas no van por el camino que corresponde”, agregó.

Bachelet recomendó que se concrete la visita del Comité contra la Desaparición Forzada de Naciones Unidas, solicitada desde 2013 y que se reconozca la competencia de dicho comité para recibir comunicaciones individuales. También llamó a reforzar el Mecanismo de Protección a Defensores de Derechos Humanos y Periodistas; que se reciba a los relatores especiales y grupos de trabajo de la ONU que han solicitado visitar México.