Richard Gere y Alejandra Silva en septiembre de 2016 en el Festival de Cine de San Sebastián. CORDON PRESS

Richard Gere y Alejandra Silva ya son padres. El actor de Pretty Woman y de Oficial y Caballero ha dado la bienvenida a su segundo hijo, también el segundo para su pareja, la empresaria Alejandra Silva. El pequeño, un niño, nació hace unos días en Nueva York, tal y como ha adelantado en primicia la revista ¡Hola!.

La pareja se conoció en Positano, en Italia, en 2014, cuando él estuvo en un hotel que gestiona la empresaria. Gere, de 69 años, y Silva, de 35, empezaron a salir poco después y se casaron en abril de 2018 en Estados Unidos. Apenas tres meses después de su boda anunciaron que estaban esperando su primer hijo en común. El actor es padre de Homer James Jigme, que la semana pasada cumplió 19 años y que es fruto de su anterior matrimonio con la actriz y exmodelo Carey Lowell, con quien estuvo entre 2002 y 2013. Antes había estado casado en otra ocasión, con la modelo Cindy Crawford, en una relación muy popular que duró cuatro años, de 1991 a 1995.

Por su parte, Alejandra Silva (o Alejandra Gere, como se hace llamar ahora en sus perfiles en redes sociales) también tiene un hijo, llamado Albert, que tiene seis años y es fruto de su anterior matrimonio junto al magnate minero Govind Friedland.

El actor ha afirmado de su esposa que ha sido alguien que le ha “enseñado el verdadero camino”. Por su parte, ella asegura que con él ha “encontrado la vida tranquila y feliz que siempre” había buscado. Además, ambos son grandes seguidores del budismo; tanto, que el Dalai Lama dio la bendición al embarazo de Silva. “Muy feliz recibiendo bendiciones para nuestro preciado tesoro por llegar… no lo podía mencionar sin antes habérselo dicho a Su Santidad Dalai Lama”, aseguraba ella en un mensaje de su cuenta de Instagram en septiembre.

Además de empresarios, ambos son conocidos activistas. Gere se citó en octubre con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para hablar acerca de las personas sin hogar, una cuestión de la que está muy concienciado. De hecho, acudió a la Moncloa como representante de la Fundación RAIS (Red de Apoyo a la Inserción Sociolaboral), que busca ayudar y dar visibilidad a quienes están obligados a vivir en la calle, que en España afecta a más de 31.000 personas. Entonces Sánchez se comprometió a impulsar una reforma en el Código Penal para considerar la aporofobia como agravante, “para que quienes cometan actos tan crueles e inhumanos sientan el reproche moral de la sociedad”, afirmó.