Rubén Ciria, en el centro de la imagen, durante los experimentos de perfusión en el Hospital Reina Sofía de Córdoba.

Médicos españoles han conseguido regenerar hígados dañados para que puedan ser trasplantados. Es un procedimiento aún experimental que, en el futuro, podría ampliar el número de órganos disponibles y reducir las listas de espera.

Uno de cada cuatro hígados donados en España no se puede trasplantar, por los que cada año se pierden unos 400, según la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). La edad cada vez más avanzada de los donantes, la patología de hígado graso y problemas adicionales como obesidad y diabetes son algunas de las razones por las que se desechan los órganos, de los que por otro lado hay una gran necesidad. Al final de 2018 había en España 385 personas esperando un trasplante hepático, 25 de ellas niños, según la ONT.

Uno de cada cuatro hígados donados en España no se puede trasplantar

En 2016, médicos del Hospital Reina Sofía de Córdoba iniciaron un ensayo con cuatro hígados descartados para estudiar si es posible recuperarlos. Primero conservaron las vísceras a cuatro grados durante diez horas para simular el procedimiento habitual de conservación para trasplantes. Una vez llegados al hospital de destino los órganos se sacan de la nevera portátil y se injertan en el receptor. En lugar de hacer esto, los médicos de Córdoba usaron una máquina de perfusión que aporta al hígado flujo sanguíneo constante y eleva progresivamente su temperatura hasta los 37 grados. “Usamos hígados que no habrían sido aceptados por ningún grupo de trasplantes, algunos de ellos eran muy grasos y presentaban otros factores de riesgo como edad avanzada, sobrepeso y diabetes. Después de mantenerlos con la máquina a temperatura corporal durante 6 horas, dos de ellos ya cumplían los estándares de ácido láctico, presión y resistencia adecuadas, por lo que podrían haber sido trasplantados”, explica Rubén Ciria, cirujano del hospital cordobés y uno de los autores del estudio, publicado en Transplantation Proceedings. El objetivo era demostrar si se pueden reciclar estos órganos, por lo que al final del proceso no se trasplantaron los órganos. Otro estudio publicado en el número de marzo de 2019 de Journal Of Surgical Research y realizado en el Hospital Clínic de Barcelona con cinco hígados descartados ha llegado a conclusiones similares.

La máquina conserva el órgano en condiciones muy similares a la corporal.ampliar foto
La máquina conserva el órgano en condiciones muy similares a la corporal.
En Reino Unido y Holanda, pioneras en estas técnicas desde que se aplicaron por primera vez en humanos en 2016, se han realizado un total de 58 trasplantes de hígados inicialmente descartados, explica Robert Porte, jefe de cirugía hepática del Centro Médico de la Universidad de Groninga. En 2018 el hospital holandés elevó un 20% el número de trasplantes hepáticos exitosos gracias a esta técnica. El equipo de Porte lleva 11 pacientes trasplantados con este tipo de órgano. Solo uno ha desarrollado complicaciones. “Una ventaja adicional es que las máquinas de perfusión permiten monitorizar el órgano y saber si está en buenas condiciones para proceder con el trasplante solo en caso afirmativo”, resalta Porte. “Ahora se está estudiando su aplicación en casi todos los órganos trasplantables”, añade.

Médicos de la Unidad de Cirugía del Hospital Reina Sofía operan un hígado.
Médicos de la Unidad de Cirugía del Hospital Reina Sofía operan un hígado.
“La conservación en frío suele dañar los hígados grasos, por lo que al final son descartados. Esta técnica es especialmente interesante porque permite recuperar órganos de este tipo que de otra forma se habrían perdido. Estimamos que con ella se podría rescatar el 30% de los hígados descartados”, explica Beatriz Domínguez-Gil, directora de la ONT. La jefa del exitoso programa español de trasplantes piensa que “ees muy positiva esta primera experiencia en España”. “El futuro probablemente tenga que pasar por el uso habitual de estas técnicas”, señala. No obstante “requiere una importante apuesta en recursos, por lo que llevará tiempo implantarla”. Una máquina de perfusión como la usada en Córdoba cuesta unos 175.000 euros a los que hay que sumar otros 15.000 euros de material fungible y el coste de personal, según Porte.