La protesta de la oposición de este jueves. FEDERICO PARRA AFP

La oposición venezolana ha vuelto a salir con fuerza a la calle después de las protestas que sacudieron el país en 2017, un logro que le permite ganar terreno ante Nicolás Maduro, sin que haya conseguido la salida de este del poder. Otro triunfo del día, al menos de cara al exterior, es el que ha conseguido el líder opositor Juan Guaidó, desconocido fuera de Venezuela hasta hace unas semanas y que ha conseguido la solidaridad de buena parte de la comunidad internacional.

El juramento que hizo Guadió al declararse presidente “encargado” de Venezuela fue ovacionado fervorosamente por la multitud que lo escuchaba. El apoyo de la calle se antoja total para el joven opositor. La noche de previa a la manifestación de la oposición, de acuerdo al Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, hubo 65 protestas violentas en Caracas en contra de Maduro, casi todas en barriadas populares del oeste de la ciudad que alguna vez fueron chavistas.

Sin embargo, su anuncio tomó a algunos diputados y políticos de oposición por sorpresa y no ha sido compartido de manera unánime. Sectores moderados de la oposición han insistido en que Guaidó, militante de Voluntad Popular, el partido de Leopoldo López, debe tener la cabeza fría y asumir progresivamente la estrategia opositora, procurando una negociación política. Tampoco ha dejado contentos a los sectores más intransigentes, que llevaban días recriminándole que no hubiese asumido la presidencia antes.

Las eternas luchas internas de la oposición parecen haber quedado, no obstante, eclipsadas por el respaldo internacional obtenido por Guaidó, sobre todo en el continente americano. Salvo México, las principales potencias han cerrado filas con el presidente de la Asamblea Nacional y, con Estados Unidos a la cabeza, han endurecido el tono contra el régimen chavista, que ha dejado colar amenazas expresas a Caracas. En el caso de Europa, Guaidó no ha logrado un apoyo explícito de la Unión Europea como bloque, pero sí de varios líderes conservadores. La UE ha insistido en la necesidad de una salida dialogada, una opción de la que es partidaria España.

Guaidó ha podido remontar dos semanas de vértigo, que incluyeron un intento fallido de captura por parte de la policía política chavista y amenazas abiertas de prisión que no se han concretado. Durante la tarde del martes, terminada la concentración, hubo rumores de que se había asilado en la Embajada de Colombia, lo que fue desmentido poco después.

Mientras sus críticos han intensificado el pulso a Maduro, el líder venezolano, como respuesta, ha decidido romper relaciones diplomáticas con Estados Unidos. En la Casa Blanca, sin embargo, solo reconocen a Guaidó como jefe del Ejecutivo venezolano, y colocan a Miraflores ante la peliaguda tarea de soportar en el país la presencia indeseada y de un hostil operador político de carácter inevitable.

Otra de las incertidumbres que se abren a partir de ahora es la del papel del Ejército y su lealtad a Maduro. Mientras la cúpula ha cerrado filas con el líder venezolano, en algunos lugares, como Caicara del Orinoco (Bolívar) o en Mérida, miembros de la Guardia Nacional se negaron a enfrentarse y reprimir a los manifestantes, que en todo momento los encaraban haciendo reflexiones en torno a la gravedad de la situación social del país.

Guaidó ha enviado reiterados mensajes a las Fuerzas Armadas, para que asumen su papel en esta crisis constitucional, y grabó un vídeo, que terminó siendo viral en las redes, donde dirige un mensaje respetuoso y empático hacia “la familia militar” para que asuma su responsabilidad de restaurar la democracia por estar rota la cadena de mando.

Vladimir Padrino López, ministro de la Defensa, emitió un comunicado en su cuenta de Twitter en el cual se distancia del nombramiento de Guaidó y emite una neutra reflexión en favor de la Constitución. Se presume que este es el ánimo que impera en el Alto Mando Militar. El Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana también se plegó “al orden constitucional y al presidente Maduro” en un pronunciamiento en las redes sociales.

El Gobierno bolivariano, sin embargo, se ha visto particularmente desguarnecido este miércoles: con Maduro ausente casi todo el día, sin atreverse a tomar decisiones después del atrevimiento de Guaidó, en un ambiente levantisco y desobediente, organizó una manifestación muy pobre para intentar dar respuesta a la avalancha opositora. Diosdado Cabello, hombre fuerte del chavismo, declaró: “Aquel que quiere ser presidente nos tiene que venir a buscar a Miraflores”. “Les pido, en el nombre del comandante Chávez, que si alguno de nosotros llegara a caer, continuaran adelante con sus banderas de lucha”, agregó.