Ian Bremmer, durante una conferencia en 2018 en Nueva York. RICCARDO SAVI GETTY IMAGES

Pese a su ardiente defensa de la política internacional, Ian Bremmer (Baltimore, EE UU, 60 años) no puede ocultar su pesimismo al hablar de las perspectivas para este 2019. Habitual durante años de la reunión del Foro Económico Mundial y conocedor como pocos de lo que sucede entre bambalinas, el presidente y fundador de la consultora de riesgo Eurasia Group alerta de que el escenario geopolítico es el más peligroso en años y que se están sembrando las semillas para su implosión en los próximos años. Por teléfono, desde California, repasa su propia lista riesgos globales.

Pregunta (P). ¿Qué podemos esperar de esta reunión del Foro Económico Mundial?

Respuesta (R). Pese a sus defectos, la reunión que se celebra en Davos sigue siendo la más importante a nivel global y es la que convoca a las élites que de verdad tienen capacidad de cambiar las cosas. Pero el Foro afronta los mismos riesgos que encara el mundo. Por un lado, el ascenso de China, que acude a Davos pero no quiere asumir ni su modelo político ni el económico y, por otro, el retroceso de los globalistas, del libre mercado y la libre circulación, lo que dificulta la cooperación internacional. Esos son dos de los principales problemas que afronta el mundo hoy, pero también el propio Foro.

P. Davos es experto en alertar de los mismos riesgos que luego ignora cuando se trata de hacer negocios. Pienso hoy en Brasil.

R. Yo creo que es positivo mantener contacto diplomático con aquellos que no comparten tus valores y que en un momento dado pueden ser aliados necesarios. Pero no puedes tener a tus enemigos en tus instituciones y en tus foros siempre porque eso acaba debilitándolas. Por eso es necesario el G7 [que agrupa a EE UU, Canadá, Alemania, Italia, Reino Unido, Francia y Japón] y por eso sería necesario crear una OTAN para la ciberseguridad, al estilo del Five Eyes (Cinco Ojos, en inglés) que han creado Canadá, Australia, Nueva Zelanda, EE UU y Reino Unido, pero más amplio.

P. Hablamos de una integración que casa mal con el retroceso del globalismo, ¿no?

R. Que el orden global se vea amenazado no significa que vaya a ser reemplazado por otro a corto plazo. De momento la solución es proteger precisamente las instituciones que lo defienden para que no sucumban. Pero a largo plazo va a exigir una cierta dosis de experimentación, de innovación. Solo que esta vez no hay un plan Marshall ni una potencia alternativa a EE UU.

P. Once años después de la crisis financiera, la amenaza de una recesión vuelve a aparecer en el horizonte.

R. La recesión geopolítica ya existe y eso hará más difícil y débil la respuesta a una recesión que llegará, aunque no será inmediata. EE UU crece todavía a un ritmo fuerte, China se está desacelerando, pero mantiene aún niveles aceptables. El problema llegará en 2020 o 2021 y la respuesta no será como la que hubo en 2008, cuando todos los bancos centrales se coordinaron para ayudar a EE UU, y al revés. Eso es lo preocupante.