El narcotraficante colombiano, Alex Cifuentes, -quien declaró que “El Chapo” pagó un soborno de 100 millones de dólares a Enrique Peña Nieto-, trabajó con el capo mexicano hasta que fue arrestado en 2013.

Sus vínculos comenzaron desde 2007, cuando vivieron juntos; “El Chapo” lo describía como “su brazo derecho y su brazo izquierdo”.

El ahora testigo del juicio contra El Chapo en Nueva York, de 51 años de edad, participó en numerosas operaciones para comprar cientos de kilos de cocaína en Colombia, Bolivia, Ecuador y Panamá, y después vender esa droga, heroína y metanfetamina en Nueva York y Canadá.

Cifuentes además estaba encargado de comprar propiedades para Guzmán, representar al capo o servirle como traductor en varias reuniones. Incluso, vivió con “El Chapo” en la sierra del denominado “Triángulo Dorado”, que comprende los norteños estados mexicanos de Chihuahua, Durango y Sinaloa.

El colombiano, quien fue extraditado a Estados Unidos en 2016, es hermano del también narcotraficante Jorge Cifuentes, actualmente preso en este país y quien ya rindió su testimonio en el juicio contra Guzmán en diciembre pasado.

De hecho fue Jorge quien convenció a Alex de colaborar con las autoridades estadounidenses: “Él me dijo que con los americanos debo confesar la forma en que confesaría a Dios. Y si fueras a juicio, yo sería el primero en sentarme y testificar en tu contra”, relató Alex sobre cómo fue convencido de ser testigo protegido.

Además de acusar al ex presidente Peña Nieto, Cifuentes comentó otros presuntos sobornos de Guzmán y sus aliados a funcionarios mexicanos. El testigo aseguró que al menos en dos ocasiones los narcotraficantes le pagaron a militares mexicanos entre 10 y 12 millones de dólares para realizar operativos “para matar o capturar” a integrantes del Cártel de los Beltrán Leyva, rival del grupo de Sinaloa.

Cifuentes Villa también dijo que la policía federal de México no solo se hacía de la vista gorda frente al narcotráfico, sino que en ocasiones participaba en él.