Bolsa Mexicana de Valores. CARLOS JASSO REUTERS

La incertidumbre le gana el pulso a la Bolsa mexicana. El principal índice del país norteamericano ha retrocedido este lunes un 4,2%, hasta tocar su nivel más bajo en más de cuatro años, por el aumento de la volatilidad política a solo cinco días vista de la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador (Morena) como presidente y tras la nueva amenaza de cierre de la frontera de Donald Trump. El peso, por su parte, perdió algo más de un punto porcentual frente al dólar, una caída menos abrupta que en anteriores episodios de nreviosismo en los parqués. En solo dos meses, el selectivo mexicano se ha dejado la quinta parte de su valor y cerca de un 15% desde la cancelación del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México -una obra que ya llevaba un avance del 30%- tras un polémico proceso de consulta popular.

La referencia del mercado mexicano (IPC), que agrupa a las principales cotizadas, abrió prácticamente plano, pero empezó a caer con fuerza dos horas después del toque de campana. Los números rojos contrastan con el comportamiento del resto de grandes mercados internacionales: los parqués europeos cerraron la jornada con fuertes ganancias tras el acuerdo alcanzado entre la UE y Reino Unido para la consumación del Brexit de forma pactada y la expectativa de que el Gobierno italiano rebaje su plan de expansión del gasto público.

LA LOSA DEL PETRÓLEO
La fuerte caída del precio del crudo en las últimas semanas también ha hecho mella sobre México: aunque la producción petrolera cada vez representa una cuota menor de los ingresos públicos, al país norteamericano le interesa que la cotización del barril sea lo más elevada posible.

¿Qué ha ocurrido para una corrección tan abrupta y en un periodo de tiempo tan corto? Los analistas consultados por EL PAÍS achacan el batacazo a un único factor: la incertidumbre política en dos frentes, el mexicano y el estadounidense. “La iniciativa del Partido del Trabajo [PT, socio de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones de julio pasado] para que sea el Estado quien administre el dinero de los trabajadores para su retiro y no las afores [fondos de pensiones privados], como ha ocurrido hasta ahora, ha aumentado la percepción del riesgo político de México”, apunta Gabriela Siller, jefa de análisis de Banco Base. Ese proyecto legislativo tiene, sin embargo, pocos visos de salir adelante: la apuesta de la mayoría parlamentaria de Morena pasa por no introducir más ruido en los mercados al menos durante los tres primeros años del sexenio.

En el plano exterior, la nueva amenaza de Donald Trump de cerrar la frontera con su vecino del sur de manera permanente si el Gobierno mexicano no se pliega a las exigencias de Washington también ha disparado la inquietud de los inversores. Los pasos fronterizos entre Estados Unidos se cuentan entre los más porosos del mundo, tanto en el tránsito de personas como en el de mercancías, y la economía del país norteamericano depende, en gran medida de las exportaciones y de las remesas del gigante norteamericano.

Tras una luna de miel inicial con empresarios e inversores, que posibilitó la apreciación del peso, los últimos mensajes económicos del presidente electo y sus aliados no han gustado nada en los mercados. Primero fue la cancelación del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, después -a principios de noviembre- llegó el amago de imponer límites sobre las comisiones que los bancos cobran a sus clientes por la operativa básica -a la que el Gobierno acabó cerrando la puerta a corto y medio plazo- y, por último, la citada propuesta del PT de cambiar por completo el sistema de pensiones en el país norteamericano. Este lunes, los parqués estadounidenses amanecían, además, con una información en su diario de cabecera, The Wall Street Journal, en la que se profundizaba en la quiebra de confianza de los mercados tras las últimas señales enviadas por el futuro Gobierno mexicano, que tomará posesión este sábado.