Los equipos mexicanos tras ganar el Mundial. HOMELESS WORLD CUP

Cada cuatro años el guion es el mismo para el fútbol de México. La euforia desmedida por su selección se atasca en los octavos de final en la Copa del Mundo. Las grandes victorias están peleadas con el verde de la camiseta mexicana, o eso había sido una apariencia. Los verdaderos triunfos, los mundiales, los han encontrado en los barrios. Este domingo, un equipo femenino y otro masculino ganaron el Mundial de la Homeless World Cup, una especie de Mundial destinado para personas que han vivido en la calle, consumido drogas o han estado sometidos a la asfixia de la violencia. Y, en ese tipo de fútbol, a México no hay quien le dispute el trono: las mujeres son hexacampeonas y los hombres son tricampeones.

La Homeless World Cup se juega cada año en una cancha de 22 metros de largo por 16 de largo. Se juega cuatro contra cuatro, incluidos los porteros. Estos tienen prohibido salir de su área o pueden recibir como castigo un penalti llamado shoot-out, en el que el delantero puede driblar o chutar directo a puerta. Los juegos son una ráfaga de 14 minutos, siete por cada tiempo. Uno de los principios del torneo es hacer del fútbol un lenguaje universal y ayudar a superarse a los futbolistas con los problemas de indigencia o violencia.

Diana Mora, parte del equipo femenino, afrontó el alcoholismo en Cuernavaca. Omar Flores ha tenido que lidiar con la soledad en Ciudad Juárez después de que su padre fuera a prisión por el delito de tráfico de droga. Elvira Tiburcio sostiene a su familia como conductora de Uber en el Estado de México. David Yudico no podía salir del laberinto de la depresión. Toda una amalgama de historias que ahora tendrán la etiqueta de campeones del mundo.

El combinado de mujeres mexicanas venció 5-3 a Colombia para ganar el sexto título del mundo para su país. Los hombres vencieron 6-3 a Chile para sumar el tercer trofeo en la categoría. El número de trofeos en ambas ramas sorprende porque las reglas del Mundial de los ‘sin techo’ impiden que los futbolistas puedan jugar más de una edición. Los dos equipos de México han tenido un padrino de lujo, el magnate Carlos Slim. El empresario apoyó, en 2007, a Street Soccer, una asociación civil que reclutaba a chicos de la calle para formar equipos de fútbol e intentar hacer del deporte una herramienta de cambio social. El proyecto ha despuntado a nivel deportivo.

Cada año, Street Soccer se dedica a montar distintas ligas en cada uno de los Estados de México. De allí seleccionan a los jugadores más aptos para formar una selección nacional. Una vez seleccionados ocho hombres y ocho mujeres se instalan durante un mes en uno de los centros de alto rendimiento de México, el Comité Olímpico Mexicano.

Durante una semana, la plaza principal de Ciudad de México, el Zócalo, se adaptó con unas pequeñas tribunas y una cancha de pasto sintético para el Mundial de la Homeless. Las mexicanas arrollaron a sus rivales en las rondas previas como a Paraguay (10-0), Costa Rica (2-0), Estados Unidos, (10-2), Perú (5-3), Inglaterra (10-1), Brasil (7-4). Toda una serie de marcadores de un partido de tenis. Nadie pudo vencer a las escuadras mexicanas, consentidas por los suyos.