Salma Paralluelo, la semana pasada en la Ciudad de Fútbol de Las Rozas. JAIME VILLANUEVA

“Llego muy tarde de entrenar así que me despierto a las 4.30 de la mañana para hacer los deberes y estudiar. Llego a casa del cole a las 15, como y a las 17 salgo. Los lunes, miércoles y viernes tengo entrenamientos de fútbol; los martes y jueves de atletismo”, cuenta Salma Paralluelo sentada en la residencia de la Ciudad Deportiva de Las Rozas antes de poner rumbo a Uruguay para disputar el Mundial con la sub-17 que arranca el día 13. En mayo, en Lituania, se proclamó campeona de Europa. Todavía no ha podido debutar en la Liga Iberdrola al no haber cumplido los 15 años [juega en el Zaragoza CFF], pero sí es una de las protagonistas de la selección de Toña Is.

Cumplirá los 15 años el 13 de noviembre, tiene cuerpo de atleta, unas piernas interminables, trenzas que le llegan a la cintura y calza un 44. El padre es español y la madre guineana. “Vengaaaa… Usain”[BOLT], le gritan sus compañeras durante la sesión de fotos. A los éxitos que ha cosechado en el fútbol hay que añadir los de atletismo. Salma es campeona de España sub-18 en 300 metros y subcampeona en triple salto. En pista cubierta ganó el campeonato de España cadete en 60 vallas y fue oro en 300 vallas al aire libre con récord de España. Su talento no ha pasado desapercibido.

El pasado invierno sonó el móvil de Jorge González Amo, el responsable del sector de medio fondo de la federación española de atletismo. Le llamaba un técnico de Zaragoza. “Jorge, hay una niña que puede correr medio fondo, velocidad, vallas o saltar triple. No he visto ningún talento como este en 40 años. El problema es que también es buenísima en fútbol. Tenemos que apostar por ella, habla con el presidente”, cuenta González que le dijo Félix Laguna. “Yo no había oído hablar de ella cuando me llamó Félix. Mes y medio después vi sus marcas y… son extraordinarias. Es una niña precoz con unas condiciones extraordinarias. Ahora mismo Ana Peleteiro y María Vicente son las mejores atletas españolas. Salma es de la misma raza y con características similares a las dos. Al atletismo nos vendría de maravillas”, dice González.

En fútbol, Salma es igual de polivalente que en el tartán. Puede jugar de lateral, extremo, mediapunta e interior. “Es un portento. Nos aprovechamos de la velocidad que tiene, del desborde, de su facilidad para dejar atrás las rivales. Nos da la vida. Es zurda, pero cuando juega por la derecha también hace mucho daño porque se mete hacia dentro y tiene buen golpeo. Es extraordinaria”, la define Toña Is, la seleccionadora sub-17.

De momento, no quiere renunciar a ninguno de los dos deportes. Para poder hacer ambos sus jornadas empiezan a las 4.30. Su padre, en el paro, ejerce de amo de casa y se encarga de ella y de sus dos hermanos, también futbolistas. “Mi madre vende ropa que ella misma hace. Trabaja en África, viaja mucho, viene en Navidades y en verano. Nos vemos muy poco”, explica Salma. ¿Si tuvieras que elegir ahora mismo entre fútbol y atletismo? “No lo sé, de verdad que no lo sé. Me tendría que pegar muchísimo tiempo pensándolo”, contesta.

“Del fútbol me gustan las amigas que se hacen y tener un apoyo en el campo. Del atletismo, que cuando llevas entrenando tanto tiempo y llegas a la competición y te sale bien es una satisfacción que no se puede describir”, añade. “El problema que tenemos en atletismo es que es muy difícil competir con deportes de equipo porque los niños se lo pasan muy bien mientras están jugando y a esas edades juegan. En atletismo no se juega, se compite”, apunta González. Recuerda un caso parecido, el de Juan José Garrantxo que batió los récords de España de vallas en categoría juvenil y del que decían los especialistas “que era un espectáculo”. Terminó decantándose por el prestigio del fútbol y ahora es portero de la Real Sociedad C.

Laguna, el entrenador de atletismo de Salma desde hace algo más de un año, dice que sólo trabaja con ella seis veces al mes porque el fútbol y las competiciones no le dan tiempo para más. “Sólo le corrijo defectos”, asegura. “Llevo en el atletismo desde los 11 años y llevo casi 40 de entrenador. He tenido a más de 70 internacionales, campeones de España, algún subcampeón de Europa y no he visto a nadie como Salma. Es un talento: un talento es una persona que por poco que haga se va a meter en una final olímpica. ¡Sin entrenar hizo un 300 y un 300 vallas batiendo el récord de España y haciendo la mejor marca mundial!”, asegura.

“Cuando sale un talento así, tendría que haber un engranaje en el CSD y en las federaciones por el que no tuviéramos que esperar que hiciera una marca o consiguiera un campeonato para darle una beca. Son las tablas por las que nos regimos para saber si se la merece o no. Tendríamos que tener una excepción para excepciones e ir un poco más allá Hay tantos indicativos de que es un talento que no sé a qué esperan…”, concluye.