CIUDAD DE MÉXICO.- Con lenguaje de señas, la puesta en escena “¡Silencio, Romeo! Lo que el amor puede el amor lo intenta” de la compañía Seña y Verbo presenta la tragedia de amor de “Romeo y Julieta” en forma de comedia en La Corrala del Mitote.

El espacio escénico itinerante de la Compañía Nacional de Teatro que por primera vez se encuentra en el Centro Nacional de las Artes (Cenart) ofrece funciones de ese drama los sábados y domingos hasta el 18 de noviembre, excepto el sábado 10.

Unos juglares dan la bienvenida a los espectadores de este montaje de acceso gratuito y con música de gaitas y percusiones, ponen el ambiente a través de danzas con ritmos orientales, para remontar al público al tiempo de los “Montesco” y los “Capuleto”.

Este pueblo aprendió el lenguaje de señas para que nadie se sienta excluido
La ciudad de Verona, en la que coexisten dos familias de idéntico linaje, se convierte en el escenario de un odio antiguo que engendra uno nuevo, pues de dos enemigos, nacen dos amantes bajo una mala estrella, según cuenta esta historia de William Shakespeare.

En la tradición literaria occidental, “Romeo” y “Julieta” se han convertido en la historia de amor por excelencia, no sólo en teatro sino en diversas disciplinas que han abordado reiteradamente la historia de los amantes de Verona, destacó la SecretarÍa de Cultura mediante un comunicado.

En esta ocasión, la Compañía Seña y Verbo presenta esta obra adaptada y dirigida por Carlos Corona, en una puesta en escena de teatro para sordos, con lenguaje de señas, traductores, actores tanto oyentes como sordos y música en vivo.

“Romeo Montesco” es un joven que vive prisionero de la pasión, enamorado de “Rosalinda”, pero mal correspondido; en esta coyuntura, acude a la fiesta tradicional de los “Capuleto”, los acérrimos enemigos de su familia por una querella antigua.

En esa mascarada, conoce a “Julieta Capuleto”, de quien queda prendado de su belleza; el amor entre estos dos jóvenes, aunque intenta superar el odio ancestral de las dos familias, termina en tragedia.

Un total de cuatro actores en escena, dos sordos y dos oyentes, dan vida a los diversos personajes de esta bella historia de amor de Shakespeare, que está aderezada por música en vivo y traducción para los escuchas.